Carlos Torres, esposo de la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, ha renunciado a su cargo como coordinador de Proyectos Estratégicos en el gobierno estatal. La decisión llega en medio de una controversia desatada por la revocación de las visas de ambos por parte del gobierno de Estados Unidos, un hecho que ha sacudido la política local y generado un torbellino de especulaciones.
Torres anunció su dimisión a través de un comunicado en redes sociales, donde aseguró que su salida busca evitar que la situación afecte la gestión de su esposa. Sin embargo, no aclaró los motivos específicos detrás de la cancelación de su visa, limitándose a calificarla como una “medida administrativa”. La opacidad en torno a esta decisión ha encendido las alarmas en Baja California.
La gobernadora Marina del Pilar también confirmó que su visa fue revocada, un hecho sin precedentes para una mandataria en funciones. En una conferencia de prensa, insistió en que no hay acusaciones formales en su contra ni de su esposo. A pesar de ello, la falta de transparencia sobre las razones de la medida ha dado pie a críticas y cuestionamientos desde diversos sectores.
El Partido Acción Nacional (PAN) ha sido uno de los más duros en sus señalamientos, exigiendo que la gobernadora explique con claridad las circunstancias que llevaron a la cancelación de las visas. Lizbeth Mata, líder estatal del PAN, sugirió que Marina del Pilar debería dejar las mesas de seguridad en manos de autoridades federales hasta que se resuelva el caso.
Por su parte, la mandataria ha defendido la integridad de su esposo, destacando su compromiso con Baja California. En un mensaje público, afirmó que esta situación no la define y que continuará gobernando con la frente en alto. Sin embargo, las especulaciones sobre posibles investigaciones en Estados Unidos no han cesado.
Voces como la del periodista Gustavo Macalpin han avivado la controversia, al señalar supuestas investigaciones por lavado de dinero y vínculos con el crimen organizado. Aunque estas acusaciones no han sido confirmadas, han alimentado el debate público y puesto presión sobre la pareja gobernante.
El respaldo de Morena no se ha hecho esperar. Diputados del partido han cerrado filas, argumentando que la revocación de las visas responde a decisiones internas del Departamento de Estado de Estados Unidos y no implica delito alguno. La presidenta Claudia Sheinbaum también expresó su apoyo, aunque señaló que el gobierno mexicano solicitará información al respecto.
La renuncia de Torres se suma a una serie de eventos que han colocado a Marina del Pilar en el centro de la polémica. Desde señalamientos durante su campaña por presuntos financiamientos ilícitos hasta críticas por la inseguridad en Baja California, la gobernadora enfrenta un panorama político cada vez más complicado.
A pesar de la tormenta mediática, Marina del Pilar aseguró que su administración seguirá enfocada en los retos del estado. No obstante, la falta de claridad sobre las visas y la salida de su esposo del gobierno han dejado un manto de dudas sobre su gestión. La ciudadanía espera respuestas concretas para disipar las sospechas.
El caso de las visas revocadas no solo afecta la imagen de la gobernadora, sino que pone en tela de juicio la relación bilateral con Estados Unidos. En un estado fronterizo como Baja California, donde la cooperación con el vecino del norte es clave, este episodio podría tener repercusiones más allá de lo político.