Carlos Torres, esposo de la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, renunció a su cargo como Coordinador de Proyectos Estratégicos del gobierno estatal, apenas 24 días después de que Estados Unidos le revocara su visa de no inmigrante. La decisión, que también afectó a la mandataria, ha desatado una ola de críticas y especulaciones sobre las razones detrás de esta medida consular.
Torres anunció su dimisión a través de un comunicado, argumentando que busca evitar que su situación personal afecte la imagen del gobierno de Baja California. Su renuncia se produce en un contexto de creciente presión política, luego de que el gobierno estadounidense cancelara las visas de ambos en mayo de 2025, sin ofrecer explicaciones claras.
La gobernadora Marina del Pilar, militante de Morena, ha enfrentado cuestionamientos por el manejo de este caso. En conferencias recientes, ha insistido en que la revocación de las visas fue una decisión administrativa y no está vinculada a ninguna investigación formal en México o Estados Unidos. Sin embargo, la falta de transparencia ha generado dudas entre la oposición y la ciudadanía.
El Partido Acción Nacional (PAN) ha sido uno de los más críticos, exigiendo que la gobernadora explique las causas exactas de la cancelación de las visas. Los legisladores panistas han señalado que este hecho podría comprometer la relación binacional con Estados Unidos, especialmente considerando la importancia de Baja California como estado fronterizo.
Por su parte, Carlos Torres ha reiterado que no hay acusaciones formales en su contra. En su comunicado, afirmó que su renuncia es un acto de responsabilidad para no afectar la gestión de su esposa. También mencionó que está trabajando con un especialista en derecho migratorio para aclarar la situación y evaluar una posible apelación.
La controversia se ha intensificado con las declaraciones de algunos actores políticos y periodistas, quienes han especulado sobre posibles vínculos con investigaciones en curso en Estados Unidos. Reportes de medios locales, como el semanario Zeta, han sugerido que la medida podría estar relacionada con indagaciones del Departamento de Estado, aunque no se han presentado pruebas concretas.
Marina del Pilar ha defendido a su esposo, asegurando que siempre ha actuado con integridad y compromiso por Baja California. En un mensaje en redes sociales, la gobernadora expresó su respaldo moral y político a Torres, pidiendo a la población evitar especulaciones y enfocarse en los retos que enfrenta el estado.
La renuncia de Torres no ha frenado las críticas. Sectores de la oposición, como el PRI, han pedido que se investiguen a fondo las circunstancias que llevaron a la revocación de las visas, argumentando que la falta de claridad daña la credibilidad del gobierno estatal.
Mientras tanto, el gobierno de Baja California continúa con su agenda, con Marina del Pilar destacando programas sociales y proyectos de infraestructura. Sin embargo, este episodio ha puesto a la administración bajo un escrutinio intenso, en un momento clave para la relación con Estados Unidos.
La situación sigue sin resolverse, y tanto la gobernadora como su esposo han evitado dar detalles específicos sobre las razones detrás de la decisión del gobierno estadounidense. La incertidumbre mantiene el tema en el centro de la atención pública, con opiniones divididas sobre las implicaciones para el futuro político de la mandataria.