El príncipe Harry, duque de Sussex, ha considerado adoptar el apellido Spencer, en honor a su fallecida madre, la princesa Diana, según reveló un medio británico. Esta decisión estaría motivada por su deseo de obtener pasaportes británicos para sus hijos, Archie y Lilibet, quienes nacieron en Estados Unidos.
Harry y su esposa, Meghan Markle, se mudaron a California en 2020 tras renunciar a sus roles como miembros activos de la familia real británica. Desde entonces, la pareja ha buscado establecer una vida independiente, alejada de las responsabilidades monárquicas, pero manteniendo ciertos vínculos con el Reino Unido.
El apellido Mountbatten-Windsor, usado tradicionalmente por la familia real, es el que actualmente llevan los hijos de los duques de Sussex. Sin embargo, Harry habría consultado la posibilidad de cambiarlo por Spencer, el apellido de soltera de su madre, como un gesto simbólico hacia su legado.
Fuentes cercanas al príncipe indican que este cambio también responde a problemas burocráticos relacionados con los pasaportes británicos de sus hijos. Dado que Archie y Lilibet nacieron en territorio estadounidense, asegurar su ciudadanía británica podría requerir ajustes legales, incluido el uso de un apellido más ligado a su herencia materna.
El legado de Diana Spencer sigue siendo una influencia poderosa para Harry, quien ha expresado en múltiples ocasiones su compromiso con honrar la memoria de su madre. Este posible cambio de apellido sería una forma de reforzar esa conexión personal y emocional.
Por otro lado, la decisión no está exenta de controversia. Algunos expertos en realeza sugieren que el cambio podría interpretarse como un nuevo distanciamiento de la familia real, especialmente tras las tensiones públicas entre Harry y su padre, el rey Carlos III, y su hermano, el príncipe William.
Meghan Markle también ha hecho referencia al uso del título de Sussex como parte de su identidad familiar. En su reciente serie para Netflix, la duquesa corrigió a una invitada que la llamó por su apellido de soltera, subrayando la importancia del apellido Sussex para sus hijos.
A pesar de las especulaciones, no hay confirmación oficial de que el cambio de apellido se haya concretado. Los duques de Sussex continúan navegando su vida entre Estados Unidos y el Reino Unido, equilibrando su independencia con los lazos que aún los unen a la monarquía británica.
Este movimiento, de concretarse, marcaría un hito en la historia reciente de la familia real, reflejando el deseo de Harry de forjar un camino propio mientras mantiene viva la memoria de Diana. La decisión final sobre los pasaportes de sus hijos podría tardar en resolverse, pero sin duda seguirá generando interés.