Este miércoles, la Secretaría de Gobernación (Segob) en la Ciudad de México se convirtió en escenario de caos y tensión. Mientras líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se reunían con autoridades federales, un grupo de manifestantes desató disturbios frente al edificio. La situación escaló rápidamente, evidenciando la incapacidad del gobierno para manejar las protestas sin que se desborden en violencia.
La CNTE, conocida por sus demandas laborales, llegó a la Segob alrededor de las 10:00 de la mañana para una reunión pactada con funcionarios. Sin embargo, fuera del recinto, un grupo reducido de entre cinco y seis personas, según reportes, intentó irrumpir en las instalaciones. Los manifestantes forzaron los candados de las rejas en la calle Bucareli, desatando una respuesta inmediata de las fuerzas de seguridad.
Elementos policiacos, desplegados para resguardar el edificio, recurrieron a extintores para dispersar a los inconformes. Lejos de calmarse, la situación se intensificó cuando los manifestantes respondieron lanzando piedras y agrediendo con palos a los uniformados. Este enfrentamiento pone en evidencia la fragilidad del diálogo entre el gobierno de la Cuarta Transformación y los sectores disidentes del magisterio.
La reunión en el interior de la Segob, encabezada por la Comisión Nacional Única Negociadora (CNUN) de la CNTE, buscaba abordar demandas históricas del magisterio, como la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007 y un aumento salarial del 100%. Sin embargo, las negociaciones no lograron avances significativos, lo que alimentó la frustración de los manifestantes en el exterior.
Mientras los líderes dialogaban, el grupo de inconformes afuera no solo intentó derribar las rejas, sino que también realizó pintas en un vehículo, incluyendo la inscripción “CETEG”. Voceros de la CNTE aseguraron que los responsables de los disturbios no eran maestros, sugiriendo la presencia de infiltrados. Esta declaración, sin embargo, no ha sido investigada a fondo, dejando dudas sobre quiénes realmente avivaron el conflicto.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México reportó afectaciones viales en las inmediaciones de la Segob, recomendando a los automovilistas usar vías alternas como Insurgentes, Balderas o Paseo de la Reforma. El caos generado por los bloqueos y enfrentamientos complicó la movilidad en la zona, afectando a miles de ciudadanos.
El gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha insistido en que mantiene un diálogo abierto con la CNTE. Sin embargo, la mandataria ha descartado reunirse personalmente con los maestros, delegando las negociaciones a la Segob, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el ISSSTE. Esta postura ha sido criticada por la CNTE, que acusa al gobierno de ignorar sus demandas más urgentes.
Los disturbios de este miércoles son un reflejo del creciente descontento social y la falta de soluciones concretas por parte de la administración actual. La CNTE, con su plantón en el Zócalo capitalino desde el 15 de mayo, ha intensificado sus protestas, incluyendo bloqueos en puntos clave como el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el Instituto Nacional Electoral.
Este episodio en la Segob no solo expone las tensiones entre el gobierno y los maestros, sino también la incapacidad de las autoridades para garantizar un diálogo efectivo sin que derive en confrontaciones. La ciudadanía, atrapada en el caos vial y la incertidumbre, sigue esperando respuestas claras de un gobierno que prometió transformar, pero que parece tropezar ante los conflictos sociales.
Mientras tanto, la CNTE ha anunciado que mantendrá sus movilizaciones hasta obtener respuestas satisfactorias. Los disturbios de hoy son una advertencia de que la paciencia de los maestros se agota, y el gobierno de Morena enfrenta un desafío cada vez más difícil de ignorar.