Un grupo de personas afectadas por el fraude de Aras Business Group bloqueó la calle Aldama, frente al Palacio de Gobierno en Chihuahua, en una protesta que busca respuestas claras y soluciones inmediatas. Los manifestantes, visiblemente frustrados, demandaron la atención directa de la gobernadora María Eugenia Campos para abordar el caso que ha dejado a miles de personas en la incertidumbre económica.
La protesta, que también incluyó el cierre de la calle Escorza, se llevó a cabo en la Plaza Hidalgo, donde los defraudados desplegaron pancartas con mensajes contundentes. En una de ellas se leía: “Maru gobernadora, Fiscalía Aras en el megafraude más grande y descarado, complot financiero premeditado”. Estas palabras reflejan el enojo acumulado tras años sin avances significativos en sus denuncias.
Los afectados acusan al gobierno estatal de no actuar con la rapidez necesaria para resolver el caso. Según los manifestantes, el fraude de Aras, liderado por Armando Gutiérrez Rosas, ha afectado a miles de inversionistas que confiaron sus ahorros a la empresa. Muchos de ellos, según señalaron, enfrentan deudas bancarias e incluso la pérdida de sus hogares tras invertir en la compañía.
El cierre de calles no es una acción aislada. Los defraudados han recurrido a este tipo de medidas en el pasado, incluyendo bloqueos en avenidas como Venustiano Carranza, para presionar a las autoridades. En esta ocasión, aseguraron que mantendrán las protestas hasta recibir una respuesta concreta o ser atendidos por la gobernadora Campos.
Otro de los puntos centrales de la manifestación fue la oposición a la extinción de dominio de los bienes de Aras. Los afectados exigen que los recursos confiscados se utilicen para resarcir el daño causado, pero temen que las autoridades no garanticen una distribución justa. Según reportes, los bienes asegurados superan los 844 millones de pesos, aunque persisten dudas sobre su manejo.
La situación se agrava con el paso del tiempo. Algunos de los defraudados han fallecido sin recuperar su dinero, lo que ha intensificado el sentimiento de injusticia. Los manifestantes colocaron un moño negro en la calle como símbolo de luto por aquellos que no han visto justicia, un gesto que subraya la gravedad del caso.
Carlos Hernández, uno de los afectados, expresó que el cierre de calles busca hacer visible un problema que lleva años sin resolverse. “Hemos tenido varias reuniones con el gobierno estatal, pero seguimos en la misma lucha”, afirmó. La falta de avances concretos ha generado desconfianza hacia las instituciones encargadas de investigar el caso.
La Fiscalía General del Estado ha estado bajo presión para judicializar las denuncias contra Aras. Aunque se han asegurado propiedades y se han vinculado a proceso a algunos responsables, los manifestantes consideran que las acciones no son suficientes. La recompensa de cinco millones de pesos ofrecida por información que lleve a la captura de Gutiérrez Rosas sigue sin dar resultados.
El caso Aras no solo ha impactado a los inversionistas, sino que ha generado un debate sobre la efectividad de las autoridades en Chihuahua para combatir fraudes financieros. Los manifestantes planean viajar a la Ciudad de México para presentar sus demandas ante la presidenta Claudia Sheinbaum, en busca de una intervención federal que acelere la resolución del caso.
Mientras tanto, en Chihuahua, las calles seguirán siendo escenario de protestas. Los defraudados de Aras no están dispuestos a ceder hasta que se haga justicia y se les devuelva lo que, aseguran, les fue arrebatado por un esquema fraudulento que aún no encuentra un cierre definitivo.