En México, la crisis de desapariciones sigue sin resolverse, y los colectivos de búsqueda alzan la voz contra las fallas en los procesos forenses. Familiares de personas desaparecidas denuncian que las autoridades no están haciendo lo suficiente para identificar restos humanos, dejando a miles de familias en la incertidumbre.
El colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León señaló que los Servicios Médicos Forenses (Semefo) carecen de personal capacitado y recursos adecuados. La activista Angélica Ramírez destacó que, en muchos casos, los restos no son procesados correctamente, lo que impide identificar a las víctimas y cerrar el doloroso ciclo para las familias.
En estados como Tamaulipas y Jalisco, los colectivos han documentado casos donde los cuerpos permanecen almacenados sin análisis, mientras las autoridades reportan que “no hay problemas” en sus instalaciones. Esta contradicción genera desconfianza y desesperación entre quienes buscan a sus seres queridos.
La falta de coordinación entre las fiscalías y los servicios forenses agrava la situación. Por ejemplo, en Jalisco, un escándalo previo reveló que cientos de cuerpos fueron almacenados en tráileres refrigerados por falta de espacio, sin que se avanzara en su identificación.
Geovanni Barrios, presidente del colectivo Justicia Tamaulipas, describió los Semefo como “búnkeres” a los que se les niega el acceso a las familias. Según él, la opacidad y las excusas de las autoridades, como la falta de personal, son una constante que obstaculiza la verdad.
Los colectivos también critican la falta de tecnología avanzada en los laboratorios forenses. En algunos estados, equipos de última generación están en desuso, lo que limita la capacidad de procesar muestras de ADN y realizar identificaciones de manera eficiente.
Organizaciones como Amnistía Internacional han alertado que México enfrenta una crisis forense sin precedentes, con más de 120 mil personas desaparecidas según el Registro Nacional. La cifra, lejos de disminuir, sigue creciendo mientras las familias enfrentan un sistema que parece ignorarlas.
La indignación de los colectivos no solo apunta a la ineficiencia, sino también a la insensibilidad de las autoridades. “No nos pida que guardemos silencio”, reclamaron en una protesta reciente, exigiendo acciones concretas para garantizar justicia y respuestas.
Testimonios como el de Aurora Corona, madre de un joven desaparecido en Nuevo León, reflejan el dolor de miles: “Vivimos en un país de horror, sufrimos su ausencia y nadie nos escucha”. Sus palabras resuenan como un grito desesperado por verdad y justicia.
La crisis forense en México no es solo un problema técnico, sino un reflejo de la indiferencia institucional. Mientras los colectivos siguen buscando, la falta de acción del gobierno profundiza una herida que no cierra para miles de familias.

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Colectivos de búsqueda denuncian fallas graves en procesos forenses: “Nos vuelven a desaparecer a nuestros seres queridos”
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