La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, visitó la colonia Ejército de Oriente en Iztapalapa, donde las lluvias del pasado 2 de junio dejaron un rastro de destrucción. Casas inundadas, muebles arruinados y vehículos dañados son el saldo de una tormenta que, según la propia Brugada, fue “atípica”. La mandataria aseguró que no dejará solos a los vecinos, pero su historial levanta dudas.
Durante su recorrido, Brugada anunció un censo para evaluar los daños en las viviendas. Personal del seguro contratado por el gobierno capitalino ya recorre la zona, casa por casa, para cuantificar las pérdidas. Este censo, según la jefa de Gobierno, permitirá activar apoyos para quienes perdieron enseres o sufrieron daños estructurales, como muros o azulejos desprendidos.
La Secretaría de Bienestar instaló una carpa en la colonia para repartir desayunos, comidas y cenas a las familias afectadas. Además, se entregarán credenciales para garantizar que la ayuda llegue a quienes realmente la necesitan. La limpieza de las casas ya comenzó, con brigadas desinfectando viviendas para evitar riesgos a la salud de los habitantes y sus mascotas.
Para los vehículos dañados, Brugada prometió asesoría y apoyo del gobierno a quienes no cuenten con seguro privado. Sin embargo, algunos vecinos cuestionaron por qué no se han tomado medidas preventivas antes, considerando que Iztapalapa es una de las zonas más propensas a inundaciones en la ciudad. La respuesta de la mandataria no convenció a todos.
Brugada también anunció la construcción de un colector pluvial de gran capacidad, una obra que, según ella, comenzará en 15 días. Este proyecto, que lleva años en planeación, busca evitar futuras inundaciones. Sin embargo, la jefa de Gobierno admitió que, durante su gestión como alcaldesa de Iztapalapa, la oposición de algunos colonos frenó iniciativas similares.
La magnitud de la lluvia, con 10.2 millones de metros cúbicos de agua, fue comparada con la capacidad de una presa. Según Brugada, no se veía una tormenta así desde 2017. Esto, sumado al cambio climático, pone en evidencia la vulnerabilidad de la zona y la falta de infraestructura adecuada para enfrentar estas contingencias.
La Secretaría de Gestión Integral del Agua reportó 76 encharcamientos en la ciudad, atendidos en menos de 12 horas gracias al Operativo Tlaloque. Sin embargo, legisladores de oposición han cuestionado la efectividad de este plan, señalando que las inundaciones y daños persisten. Las críticas apuntan a una respuesta tardía y poco coordinada.
Brugada se comprometió a realizar una asamblea con los vecinos este viernes para dar seguimiento a las afectaciones. Mientras tanto, brigadas seguirán monitoreando la zona ante las lluvias que se esperan en los próximos días. Los habitantes de Iztapalapa, cansados de promesas, esperan que esta vez las acciones sean más que palabras.
La historia de Iztapalapa se repite: lluvias, inundaciones y promesas de solución. La pregunta que queda en el aire es si esta vez el gobierno de Brugada logrará cumplir o si, como en el pasado, las obras quedarán en el discurso. Los vecinos, mientras tanto, lidian con las pérdidas y la incertidumbre.
La jefa de Gobierno insiste en que la prioridad es atender a las familias afectadas, pero la confianza en su administración está en entredicho. Iztapalapa, una de las alcaldías más golpeadas por la falta de infraestructura, sigue esperando soluciones reales a problemas que se arrastran desde hace años.

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Clara Brugada promete ayuda a casas afectadas por lluvias en Iztapalapa, pero ¿cumplirá?
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