El proceso electoral para elegir a los nuevos jueces y magistrados del Poder Judicial en México avanza con lentitud, según los últimos reportes del Instituto Nacional Electoral. A dos días de la histórica jornada del 1 de junio de 2025, el cómputo de votos apenas alcanza un 23% de las actas procesadas, lo que genera incertidumbre sobre cuándo se conocerán los resultados finales de este inédito ejercicio democrático.
Esta elección, la primera en su tipo en el país, busca renovar 881 cargos judiciales, incluyendo nueve ministros de la Suprema Corte, magistrados del Tribunal Electoral y jueces de distrito. Sin embargo, la complejidad del proceso, sumada a la baja participación ciudadana, ha complicado el trabajo del INE, que enfrenta el reto de garantizar un conteo transparente y eficiente en un contexto de críticas y desconfianza.
La participación en las urnas fue de apenas el 13%, según estimaciones preliminares del INE. Esto ha desatado cuestionamientos sobre la legitimidad del proceso, con analistas señalando que el desconocimiento de los candidatos y la falta de información clara pudieron desmotivar a los votantes. La reforma judicial, impulsada por el expresidente López Obrador, prometía democratizar el Poder Judicial, pero los números reflejan un desafío para su aceptación.
En la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, se presentó un calendario tentativo para la publicación de resultados. El lunes 2 de junio se dieron a conocer los nombres de los nuevos ministros de la Suprema Corte, mientras que los magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial se anunciarán este 4 de junio. Los resultados de jueces de distrito, los últimos en computarse, están programados para el 10 de junio.
El proceso no ha estado exento de controversia. Sectores de la oposición han calificado la elección como un “fracaso” debido a la baja participación y han advertido sobre posibles irregularidades en el conteo. Algunos incluso han señalado que la falta de transparencia podría abrir la puerta a la influencia de intereses externos en el Poder Judicial, un temor que resuena entre académicos y asociaciones judiciales.
A pesar de las críticas, Sheinbaum defendió el ejercicio, destacando que 13 millones de mexicanos salieron a votar por primera vez para elegir a sus jueces. En su mensaje, la presidenta subrayó el carácter “histórico” de la elección y llamó a la población a confiar en el INE, aunque no abordó directamente las preocupaciones sobre la lentitud del cómputo o la baja afluencia en las urnas.
El INE, por su parte, ha solicitado paciencia a la ciudadanía mientras los consejos distritales trabajan en el conteo. Guadalupe Taddei, consejera presidenta del instituto, explicó que la complejidad de las boletas, que incluían hasta cinco especialidades por distrito, ha retrasado el proceso. Además, la necesidad de garantizar la paridad de género en los resultados añade un nivel adicional de revisión.
Mientras el conteo avanza, los ojos están puestos en figuras como Hugo Aguilar Ortiz, un candidato de origen indígena que se perfila como posible presidente de la Suprema Corte, según los avances preliminares. Su posible designación ha generado interés, aunque también críticas de quienes cuestionan la preparación de algunos candidatos para asumir roles tan cruciales.
El próximo 15 de junio, el Consejo General del INE dará a conocer los resultados definitivos, tras lo cual se abrirá un periodo para resolver impugnaciones. Los nuevos jueces y magistrados tomarán posesión el 1 de septiembre, marcando un hito en la transformación del Poder Judicial, aunque el camino hacia su consolidación parece lleno de obstáculos.
La elección judicial de 2025 ha puesto a prueba la capacidad del sistema electoral mexicano para adaptarse a un proceso sin precedentes. Mientras el conteo sigue su curso, la sociedad espera claridad y certeza en un ejercicio que, aunque histórico, no ha estado exento de tropiezos y cuestionamientos.