El 3 de junio de 1548, México perdió a una figura clave de su historia colonial: Fray Juan de Zumárraga, el primer obispo y arzobispo del país, falleció en la Ciudad de México. Su legado marcó un antes y un después en la consolidación de la iglesia católica en la Nueva España.
Zumárraga, nacido en Durango, España, llegó a México en 1528 con la misión de evangelizar y organizar la estructura eclesiástica en un territorio recién conquistado. Su papel no fue solo religioso, sino también político y cultural, influyendo profundamente en la sociedad de la época.
Una de sus contribuciones más destacadas fue la defensa de los derechos de los indígenas. En una era marcada por abusos y explotación, Zumárraga alzó la voz contra las injusticias cometidas por los encomenderos, abogando por un trato más humano hacia los pueblos originarios.
Además, fue un impulsor clave de la educación. Fundó el Colegio de Tlatelolco, una de las primeras instituciones educativas en América, destinada a formar a jóvenes indígenas en artes, letras y religión, con el objetivo de integrarlos a la nueva sociedad colonial.
Zumárraga también tuvo un rol crucial en la introducción de la imprenta en México. En 1539, bajo su supervisión, se estableció la primera imprenta de América, un hito que permitió la difusión de ideas y conocimientos en el continente.
Otro aspecto notable de su legado es su vínculo con la Virgen de Guadalupe. Según la tradición, Zumárraga fue el obispo que recibió el relato de las apariciones de la Virgen a Juan Diego en 1531, un evento que consolidó la fe católica en México.
A pesar de su labor evangelizadora, su gestión no estuvo exenta de controversias. Su celo religioso lo llevó a destruir códices y símbolos prehispánicos, lo que hoy se considera una pérdida irreparable del patrimonio cultural indígena.
Su muerte en 1548 marcó el fin de una era fundacional para la iglesia en México. Fray Juan de Zumárraga dejó una huella imborrable, siendo recordado como un hombre de su tiempo, con virtudes y contradicciones que reflejan la complejidad de la historia colonial.
Hoy, al conmemorar este día, se invita a reflexionar sobre su impacto en la construcción de la identidad mexicana, un legado que sigue resonando en la historia y la cultura del país.