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Sequía implacable: presas de Chihuahua sin recuperación tras lluvias insuficientes

Las recientes lluvias en Chihuahua no han logrado aliviar la crisis hídrica que azota al estado. A pesar de las precipitaciones, las principales presas, como La Boquilla y Francisco I. Madero, mantienen niveles críticos, sin cambios significativos en su almacenamiento. La falta de lluvias intensas y prolongadas ha impedido que los embalses recuperen su capacidad, agravando la situación para la agricultura y el suministro de agua.
De acuerdo con Román Alcántar, delegado estatal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), las precipitaciones registradas fueron de corta duración y carecieron del volumen necesario para generar escurrimientos hacia las presas. El reporte hidrometeorológico del 2 de junio confirma que, salvo en Ojinaga y El León, donde se registraron 8 y 0.4 milímetros de lluvia, respectivamente, la mayoría de las estaciones del estado reportaron lluvias nulas.
La presa La Boquilla, una de las más importantes de la región, se mantiene en un crítico 14.15% de su capacidad. Por su parte, la presa Francisco I. Madero, conocida como Las Vírgenes, está al 11.42%. Estos niveles son alarmantemente bajos, especialmente considerando que ambas presas son esenciales para el riego agrícola en el estado.
La sequía en Chihuahua no es un problema nuevo, pero su intensidad sigue siendo un desafío. En 1994, la región enfrentó una crisis similar, con niveles de almacenamiento históricamente bajos. Actualmente, las presas están en condiciones comparables, lo que pone en riesgo el ciclo agrícola del 2025, según expertos y autoridades locales.
El impacto de esta situación se siente con fuerza en el sector agropecuario. Los productores locales enfrentan dificultades para mantener sus cultivos, y la falta de agua podría traducirse en pérdidas económicas significativas. La ausencia de lluvias abundantes agrava las condiciones, dejando a las comunidades agrícolas en una posición vulnerable.
Mientras tanto, las temperaturas extremas complican aún más el panorama. En municipios como Aldama, se han registrado máximas de hasta 41 grados, y en la capital, Chihuahua, los termómetros alcanzaron los 35 grados. Estas condiciones aceleran la evaporación del agua disponible, reduciendo aún más las reservas en las presas.
El gobierno estatal y la Conagua han anunciado una inversión de 2 mil 300 millones de pesos para mitigar los efectos de la sequía. Estos recursos se destinarán a fortalecer los Distritos de Riego 05 y 09, en la región centro-sur y el Valle de Zaragoza. Sin embargo, las autoridades advierten que sin lluvias significativas, estas medidas podrían no ser suficientes.
La situación de las presas refleja un problema estructural que va más allá de las lluvias recientes. La sequía prolongada, combinada con la alta demanda de agua para actividades agrícolas, ha llevado a Chihuahua a un punto crítico. Las esperanzas están puestas en una temporada de lluvias más robusta en los próximos meses, pero el panorama actual es desalentador.
Este escenario no es exclusivo de Chihuahua. Otros estados del noroeste, como Sonora y Sinaloa, también enfrentan condiciones de sequía extrema, con presas en niveles críticos. La llegada del fenómeno de La Niña podría complicar aún más la recuperación de los cuerpos de agua en la región, según proyecciones meteorológicas.
La población de Chihuahua espera con incertidumbre una mejora en las condiciones climáticas. Mientras tanto, las autoridades y los productores agrícolas se preparan para enfrentar un 2025 con recursos hídricos limitados, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la economía y la seguridad alimentaria del estado.

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