La Ciudad de México se encuentra en alerta tras las intensas lluvias que azotaron la capital, dejando un rastro de inundaciones, caos vial y afectaciones en múltiples alcaldías. Las precipitaciones, que se prolongaron desde la tarde hasta la madrugada, han generado severos problemas en la infraestructura urbana, evidenciando una vez más las carencias en el sistema de drenaje.
En Iztapalapa, una de las zonas más afectadas, la Calzada Ignacio Zaragoza se convirtió en un río, dejando autos varados y a conductores luchando por avanzar. Las autoridades locales desplegaron equipos de desazolve, pero la magnitud del agua desbordó los esfuerzos iniciales. Vecinos reportaron que el agua ingresó a sus hogares, causando pérdidas materiales significativas.
Xochimilco no se quedó atrás, con niveles de agua que superaron el medio metro en el pueblo de Santiago Tulyehualco. Los comerciantes del tianguis de esta zona enfrentaron serias dificultades para proteger sus productos, mientras el colapso del drenaje agravó la situación. Las imágenes compartidas en redes sociales muestran calles convertidas en lagunas, con residentes intentando salvar lo poco que pudieron.
En Tláhuac, las colonias como Nopalera reportaron encharcamientos de hasta 60 centímetros, afectando viviendas y comercios. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil activó la Alerta Naranja en cinco alcaldías, incluyendo Coyoacán e Iztacalco, donde las precipitaciones no dieron tregua. La falta de mantenimiento en el sistema de alcantarillado fue señalada por los habitantes como una de las principales causas del desastre.
El Sistema de Transporte Colectivo Metro también sufrió las consecuencias. En la Línea A, el servicio entre las estaciones Peñón Viejo y La Paz fue suspendido debido a la acumulación de agua. Los usuarios tuvieron que buscar alternativas, enfrentándose a un caos vial que paralizó varias arterias de la ciudad. El Metrobús, por su parte, implementó marchas de seguridad en varias rutas.
El Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México trabajó sin descanso, atendiendo encharcamientos en colonias como Pantitlán y Los Girasoles. En Azcapotzalco, un árbol de 20 metros cayó sobre la colonia Patrimonio Familiar, causando daños materiales. Las autoridades reportaron que las lluvias también derribaron ramas en Cuauhtémoc y Benito Juárez, complicando aún más la situación.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana desplegó personal para apoyar a los ciudadanos en puntos críticos, como el cruce de Calzada Ignacio Zaragoza y el Puente de la Concordia. Sin embargo, las labores de desazolve no fueron suficientes para mitigar el impacto inmediato. Los habitantes de las zonas afectadas expresaron su frustración por la lentitud en la respuesta de las autoridades.
El pronóstico meteorológico no es alentador, ya que se esperan más lluvias en las próximas horas. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos advirtió sobre posibles tormentas acompañadas de granizo y vientos fuertes. Los capitalinos se preparan para enfrentar nuevas jornadas de incertidumbre, mientras las autoridades luchan por controlar un problema que parece desbordarlas.
Este escenario pone en evidencia la vulnerabilidad de la Ciudad de México ante fenómenos climáticos intensos. La falta de inversión en infraestructura pluvial y el crecimiento desordenado de la urbe son factores que agravan las consecuencias de estas lluvias. Los ciudadanos exigen soluciones de fondo para evitar que cada temporada de lluvias se convierta en una pesadilla.
Las imágenes compartidas por los capitalinos en redes sociales reflejan la magnitud del problema: calles inundadas, autos atrapados y familias tratando de proteger sus pertenencias. La Ciudad de México enfrenta un nuevo desafío que pone a prueba su capacidad de respuesta ante una naturaleza que no da tregua.