Las fuertes lluvias que azotaron el Valle de Toluca dejaron un caos sin precedentes, con más de 400 personas varadas en medio de inundaciones que paralizaron vialidades clave. Las autoridades del Estado de México, encabezadas por el gobierno de Morena, enfrentaron una crisis que expuso la fragilidad de la infraestructura urbana ante el embate del clima.
En Metepec, el bajopuente de Pilares se convirtió en una trampa acuática, donde un vehículo quedó atrapado por la acumulación de agua. La circulación en Paseo Tollocan, una de las principales arterias que conecta Toluca con la autopista México-Toluca, quedó prácticamente bloqueada, dejando a automovilistas y peatones sin opciones viables para moverse.
En Lerma, el Parque Industrial Sur reportó niveles de agua que superaron el metro con 40 centímetros, afectando a decenas de personas. Policías estatales auxiliaron a 29 ocupantes de un camión y a siete conductores de autos que quedaron varados, evidenciando la falta de preparación para estas emergencias.
San Mateo Atenco, otro municipio golpeado, vio cómo sus accesos principales quedaban inutilizados. Las autoridades locales apenas pudieron responder ante la magnitud de las anegaciones, mientras los habitantes enfrentaban el riesgo de quedar aislados en sus propias comunidades.
En Zinacantepec, la lluvia acompañada de granizo inundó la Unidad Deportiva Juan Fernández Albarrán, afectando incluso la alberca olímpica. Este incidente dejó en evidencia la vulnerabilidad de las instalaciones públicas ante fenómenos climáticos cada vez más intensos.
En el Valle de México, la situación no fue menos grave. Colonias en Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza, y Naucalpan reportaron severas inundaciones. En Los Reyes La Paz, el Hospital General 53 del IMSS sufrió anegaciones en su área de urgencias, obligando a pacientes y familiares a buscar refugio en sillas para protegerse del agua.
Ecatepec también padeció el impacto, con vialidades como Vía Morelos y Avenida Central convertidas en ríos improvisados. La falta de mantenimiento en el drenaje, agravada por la acumulación de basura, colapsó las coladeras y dejó a miles de personas atrapadas en el caos.
A pesar del despliegue de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, que asistió a más de 400 personas con unidades anfibias y remolques, la respuesta fue insuficiente para mitigar el desastre. Las labores de limpieza, coordinadas con autoridades federales y municipales, apenas comenzaron a atender las secuelas de las precipitaciones.
Las lluvias expusieron, una vez más, los problemas estructurales en el manejo del agua en el Estado de México. La falta de inversión en infraestructura de drenaje y la acumulación de basura en las calles fueron factores clave que agravaron las inundaciones, afectando a miles de habitantes.
Mientras los ciudadanos lidian con las consecuencias, las autoridades enfrentan cuestionamientos por su capacidad para prevenir y reaccionar ante estas crisis. El Valle de Toluca y sus alrededores permanecen en alerta, con pronósticos que advierten más lluvias en los próximos días.