Las intensas lluvias que azotaron la Ciudad de México y el Estado de México el pasado 2 de junio dejaron un rastro de caos vial, inundaciones y afectaciones en múltiples zonas. Las precipitaciones, que comenzaron por la tarde, sorprendieron a la población y pusieron a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades locales, especialmente en alcaldías gobernadas por Morena.
En la capital, las alcaldías de Iztapalapa, Cuauhtémoc y Cuajimalpa fueron de las más afectadas. En Iztapalapa, se reportaron 34 de los 53 encharcamientos registrados en la ciudad, con una inundación significativa en Calzada Ignacio Zaragoza, donde el agua alcanzó los 80 centímetros. La Secretaría de Gestión Integral del Agua desplegó un operativo con más de 150 técnicos y equipo especializado, pero la magnitud de las lluvias rebasó los esfuerzos iniciales.
Un árbol caído en la colonia San Pedro de los Pinos, en Benito Juárez, bloqueó la intersección de Calle 15 y Avenida Revolución, generando más complicaciones viales. Los equipos de emergencia acudieron al lugar, pero la lentitud en la respuesta dejó a los automovilistas atrapados durante horas. La falta de mantenimiento en las vialidades y el sistema de drenaje fue evidente una vez más.
En el Estado de México, municipios como Toluca, Lerma, Ocoyoacac y Metepec sufrieron las consecuencias de las lluvias acompañadas de granizo. La carretera Toluca-Tenango, a la altura de Calimaya, presentó encharcamientos que dificultaron el tránsito, mientras que en La Marquesa el granizo generó tránsito lento, afectando a cientos de conductores.
El transporte público no se salvó del desastre. La Línea 2 del Trolebús en la CDMX operó con servicio provisional debido a un encharcamiento en el bajo puente de Avenida Río Churubusco. En el Edomex, varias líneas del Mexibús, como la 1, 2, 3 y 4, reportaron suspensiones y retrasos por el tráfico y las inundaciones, dejando a los usuarios varados.
La respuesta de las autoridades, aunque coordinada, dejó mucho que desear. En la CDMX, el gobierno de Clara Brugada activó el Protocolo Tlaloque 2025 y el Protocolo Metropolitano en conjunto con la Comisión Nacional del Agua y el Estado de México. Sin embargo, los ciudadanos criticaron la tardanza en atender los puntos más críticos, como el Viaducto, donde la Secretaría de Seguridad Ciudadana tuvo que rescatar vehículos atrapados con lanchas y cuerdas.
En Ecatepec, las inundaciones en Vía Morelos y la carretera México-Pachuca, sumadas a la acumulación de basura, agravaron el colapso vial. La falta de limpieza en coladeras y el mal estado del drenaje fueron señalados como las principales causas de las afectaciones, evidenciando una vez más la negligencia en el mantenimiento urbano.
Mientras tanto, en Chimalhuacán, las lluvias provocaron inundaciones severas en colonias como San Lorenzo y Arca de Noé, donde el agua superó el metro de altura, afectando viviendas y comercios. Los vecinos denunciaron la inacción de las autoridades locales para prevenir estas situaciones recurrentes.
La noche del 2 de junio, la Ciudad de México emitió alertas roja y naranja en varias alcaldías debido a los fuertes vientos y la persistencia de las lluvias. En el Edomex, el C5 reportó granizo e inundaciones en el Valle de Toluca, incluyendo un bajo puente en Paseo Tollocan, donde el agua atrapó a decenas de automóviles.
Las lluvias dejaron en claro la vulnerabilidad de ambas entidades ante fenómenos climáticos que, aunque predecibles, no fueron atendidos con la prontitud necesaria. La ciudadanía espera soluciones reales y no solo operativos de emergencia que llegan tarde al problema.

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Lluvias desatan caos en CDMX y Edomex: vialidades colapsadas y respuesta lenta de autoridades
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