Una intensa lluvia azotó la noche del lunes gran parte del Estado de México, dejando a su paso severas inundaciones y un caos vial que paralizó a municipios importantes. Las precipitaciones, que alcanzaron hasta 60 centímetros de altura en algunas zonas, afectaron viviendas, comercios y avenidas principales, evidenciando la vulnerabilidad de la infraestructura urbana frente a fenómenos climáticos cada vez más extremos.
En Ecatepec, uno de los municipios más golpeados, las avenidas Vía Morelos y José López Portillo se convirtieron en ríos improvisados. El agua pluvial, mezclada con lodo de las zonas altas de la Sierra de Guadalupe, arrastró todo a su paso, inundando calles y comercios. Los vecinos reportaron que el agua negra brotó de las alcantarillas, afectando gravemente la colonia Guadalupe Victoria.
Coacalco no se quedó atrás. Las lluvias provocaron anegamientos en vialidades clave, como la carretera vieja Cuautitlán-Tlalnepantla y la autopista México-Querétaro. Los habitantes de la zona denunciaron que los sistemas de drenaje colapsaron, dejando vehículos varados y comercios bajo el agua, un problema que se repite año tras año sin soluciones efectivas.
En Tultitlán, la situación fue igual de crítica. La Avenida López Portillo, una de las principales arterias del municipio, quedó intransitable por varias horas. Aunque la Comisión del Agua del Estado de México desplegó al Grupo Tláloc para mitigar los daños, los esfuerzos fueron insuficientes para evitar el colapso vial que afectó a miles de conductores.
Cuautitlán Izcalli también sufrió las consecuencias. Más de 420 viviendas en la unidad habitacional Rancho San Blas quedaron inundadas, afectando a más de 2,000 personas. Las autoridades locales reportaron que las lluvias intensas, combinadas con el mal estado de los drenajes, fueron la causa principal de esta crisis.
El sistema de transporte Mexibús, vital para la movilidad en la región, no escapó al desastre. Las líneas 2 y 4 reportaron retrasos y suspensiones parciales debido a las condiciones meteorológicas. En Ecatepec, la Línea 2 tuvo que realizar retornos en la estación Victoria, dejando sin servicio a varias zonas, mientras que la Línea 4 operó con velocidad reducida.
La Comisión del Agua del Estado de México aseguró que trabajó durante la madrugada para liberar vialidades, pero los habitantes de los municipios afectados criticaron la lentitud en la respuesta. En redes sociales, los reportes de los ciudadanos mostraron imágenes de calles convertidas en lagunas y vehículos atrapados, reflejando la magnitud del problema.
Las autoridades locales y estatales enfrentan ahora el reto de atender a las comunidades afectadas y prevenir que estas inundaciones se repitan. Sin embargo, la falta de mantenimiento en los sistemas de drenaje y la acumulación de basura en las calles, señalada como un factor agravante, siguen sin resolverse, dejando a la población en una situación de vulnerabilidad constante.
Este evento climático pone en evidencia la necesidad de una planificación urbana más efectiva y de una inversión real en infraestructura para enfrentar las lluvias. Mientras tanto, los mexiquenses afectados lidian con las pérdidas materiales y la incertidumbre de no saber cuándo llegará la próxima tormenta.