La economía mexicana enfrenta un panorama desalentador bajo la gestión del gobierno actual. Los datos más recientes muestran un estancamiento que afecta a millones de ciudadanos, mientras las promesas de crecimiento y bienestar parecen desvanecerse. La falta de resultados concretos en las políticas económicas de la administración de Claudia Sheinbaum genera cuestionamientos sobre su capacidad para cumplir con las expectativas.
El Producto Interno Bruto (PIB) del país apenas creció un 1.1% en el último trimestre, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este crecimiento es insuficiente para contrarrestar la inflación, que cerró el año en 7.8%, erosionando el poder adquisitivo de las familias mexicanas. Los precios de productos básicos, como el huevo y la tortilla, han registrado alzas significativas, afectando especialmente a los sectores más vulnerables.
El gobierno ha insistido en que programas sociales como las pensiones para adultos mayores y las becas estudiantiles son la solución para impulsar la economía desde abajo. Sin embargo, expertos advierten que estos apoyos no generan un impacto estructural. La falta de inversión en infraestructura y el nulo impulso a sectores clave como la industria y el comercio limitan las posibilidades de un crecimiento sostenido.
La política fiscal de la 4T también está en el ojo del huracán. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha sido criticada por su manejo opaco de los recursos públicos. Proyectos insignia, como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, han absorbido miles de millones de pesos sin mostrar los rendimientos esperados, mientras los recortes en otras áreas, como salud y educación, generan descontento.
El sector empresarial no se queda atrás en las críticas. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha señalado que la incertidumbre jurídica y la falta de incentivos fiscales desmotivan la inversión privada. Empresas nacionales e internacionales han reducido sus operaciones en el país, lo que se traduce en menos empleos y oportunidades para los mexicanos.
Por si fuera poco, el comercio exterior enfrenta retos significativos. Las tensiones con Estados Unidos por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) han generado preocupaciones sobre posibles sanciones que afectarían las exportaciones. La dependencia de las remesas, que alcanzaron los 63 mil millones de dólares en 2024, sigue siendo un pilar frágil para la economía nacional.
La narrativa oficial insiste en que México está mejor que nunca, pero los números cuentan otra historia. La pobreza laboral, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), afecta a más del 38% de la población, lo que significa que millones de trabajadores no ganan lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
El panorama económico no solo preocupa a los analistas, sino también a los ciudadanos de a pie. En las calles, la percepción es clara: las cuentas del éxito prometido por el gobierno no están dando resultados. La pregunta ahora es si la administración actual podrá revertir esta tendencia antes de que el descontento social se traduzca en consecuencias más graves.
Mientras tanto, el gobierno sigue apostando por un discurso de optimismo que choca con la realidad. La falta de estrategias claras para reactivar la economía y generar confianza en los inversionistas pone en riesgo el futuro de millones de mexicanos que esperaban un cambio verdadero.
La economía mexicana merece más que promesas vacías. Los próximos meses serán clave para determinar si el gobierno puede enderezar el rumbo o si el país seguirá atrapado en un ciclo de estancamiento y desencanto.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
Las cuentas del éxito no me dan: el fracaso económico que golpea a México
Compartir: