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Humo de incendios forestales en Canadá cruza el Atlántico y afecta la calidad del aire en Europa

Grandes incendios forestales en las provincias canadienses de Manitoba y Saskatchewan han desatado columnas de humo que han recorrido miles de kilómetros, afectando la calidad del aire en Estados Unidos y llegando hasta Europa. Según el observatorio europeo Copernicus, el humo ha cruzado el Atlántico, generando cielos brumosos en el continente europeo.
A finales de mayo, una primera columna de humo alcanzó Grecia y el Mediterráneo oriental, mientras que una segunda, mucho más densa, llegó al noroeste de Europa el 1 de junio. Los satélites han detectado que el humo, compuesto principalmente por monóxido de carbono, se transporta a gran altitud, lo que permite su desplazamiento a largas distancias.
En Canadá, la temporada de incendios ha sido especialmente intensa, con 181 incendios activos que han obligado a evacuar a miles de personas. Las provincias más afectadas, Manitoba y Saskatchewan, enfrentan condiciones climáticas que han agravado los fuegos, con vientos que empujan el humo hacia el sur y el este.
En Estados Unidos, el humo ha generado alertas de calidad del aire en múltiples estados, desde Minnesota hasta Nueva York. Ciudades como Minneapolis han registrado índices de calidad del aire considerados muy insalubres, lo que ha llevado a las autoridades a recomendar a la población evitar actividades al aire libre.
El impacto del humo no se limita a la salud respiratoria. Expertos advierten que la exposición prolongada a estas partículas puede causar problemas cardiovasculares y otros efectos a largo plazo. Las partículas finas, conocidas como PM2.5, son especialmente peligrosas porque pueden penetrar profundamente en los pulmones.
En Europa, aunque el humo no ha afectado significativamente la calidad del aire en la superficie, ha generado cielos más brumosos y puestas de sol con tonos rojizos. Según Copernicus, este fenómeno es típico de los incendios boreales, que suelen intensificarse durante la primavera y el verano.
El cambio climático ha sido señalado como un factor que exacerba la frecuencia e intensidad de estos incendios. Las sequías prolongadas y las temperaturas más altas crean condiciones ideales para que los fuegos se propaguen rápidamente, afectando no solo a Canadá, sino también a regiones lejanas.
Las autoridades canadienses han intensificado los esfuerzos para controlar los incendios, con apoyo de equipos internacionales. Sin embargo, las previsiones indican que más columnas de humo podrían llegar a Europa en los próximos días, lo que mantiene la atención en este problema global.
La magnitud de estos incendios pone de relieve la interconexión de los ecosistemas y la atmósfera. El humo, al viajar miles de kilómetros, demuestra cómo los eventos ambientales en un país pueden tener repercusiones en continentes enteros.
A medida que la temporada de incendios continúa, los expertos instan a monitorear la calidad del aire y tomar precauciones, especialmente para poblaciones vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias.

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