El canciller Juan Ramón de la Fuente se reunió con un grupo de senadores mexicanos para afinar la estrategia que busca frenar el polémico impuesto a las remesas en Estados Unidos. Este gravamen, que amenaza con afectar a millones de familias mexicanas, ha desatado una ola de críticas contra el gobierno federal por su manejo de la relación con el vecino del norte.
La reunión, realizada antes de un viaje clave a Washington, incluyó a senadores de Morena, el Partido del Trabajo, el Partido Verde, el PRI y Movimiento Ciudadano. Entre los nombres destacan Andrea Chávez, Karina Ruiz, Geovanna Bañuelos, Ruth González y Alejandro Murat, todos enfocados en una misión: evitar que el Senado estadounidense apruebe el impuesto del 3.5 por ciento a las remesas.
De la Fuente, como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, expuso las acciones que el gobierno de Claudia Sheinbaum ha emprendido para contrarrestar esta medida. Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar, ya que muchos consideran que la respuesta de México ha sido tardía y poco efectiva frente a una propuesta que podría golpear duramente la economía de miles de hogares.
El impuesto, parte de un proyecto de ley impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump, ya fue aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos con una reducción del 5 al 3.5 por ciento. Ahora, el Senado de ese país tiene la última palabra, y México apuesta por la diplomacia parlamentaria para revertir esta decisión que afectaría directamente a los migrantes.
Las remesas son un pilar clave para México, representando casi el 4 por ciento del PIB nacional. En 2024, el país recibió un récord de 64 mil 745 millones de dólares, solo superado por India a nivel mundial. Un impuesto como el propuesto podría reducir significativamente estos ingresos, afectando a estados como Oaxaca, Guerrero y Michoacán, donde las remesas son vitales.
Críticos como el diputado Héctor Saúl Téllez, del PAN, han calificado de “desastrosa” la gestión de De la Fuente y del embajador Esteban Moctezuma. Según Téllez, este impuesto representaría una pérdida de 45 mil millones de pesos para las familias mexicanas, y la respuesta del gobierno ha sido insuficiente para proteger los intereses de los migrantes.
La estrategia mexicana incluye reuniones con congresistas estadounidenses y embajadores de otros países afectados por el gravamen. Sin embargo, analistas como María Amparo Casar advierten que la capacidad de cabildeo de México en Washington es limitada, lo que pone en duda el éxito de esta misión diplomática.
De la Fuente también dialogó recientemente con Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, reiterando el rechazo de México al impuesto. Aunque ambos funcionarios coincidieron en la necesidad de fortalecer la cooperación en seguridad, el tema de las remesas sigue siendo un punto de fricción en la relación bilateral.
El viaje de los senadores a Washington busca no solo frenar el impuesto, sino también visibilizar la importancia de las remesas para las familias mexicanas. Sin embargo, el panorama no es alentador, ya que la aprobación del proyecto en el Senado estadounidense parece inminente, dejando en entredicho la efectividad de la diplomacia mexicana.
Mientras el gobierno de Sheinbaum insiste en defender los derechos de los migrantes, la presión crece para que se tomen medidas más contundentes. La reunión de De la Fuente con los senadores es solo un paso en una batalla que podría definir el futuro económico de millones de mexicanos.

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¡Escándalo diplomático! México se planta ante el impuesto a remesas en EE.UU.
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