Un nuevo escándalo sacude el panorama político mexicano. La conocida Patrulla Espiritual, un grupo que ha ganado notoriedad por sus controversiales métodos para “rescatar” a personas con adicciones, ahora apunta hacia los políticos. En un artículo reciente, se denuncia cómo ciertos personajes ligados al poder podrían estar en la mira de esta organización, que no teme confrontar a figuras públicas. La noticia, publicada en Chihuahua, ha generado revuelo por sus acusaciones directas.
La Patrulla Espiritual, originaria de Tijuana, se ha hecho famosa por recorrer las calles en busca de personas en situación vulnerable, a menudo llevándolas a centros de rehabilitación como Jireh. Sin embargo, sus tácticas han sido cuestionadas, especialmente por casos donde se ha reportado el uso de la fuerza o detenciones que rozan lo ilegal. Ahora, el grupo parece decidido a exponer lo que llaman “narcopolíticos”, una acusación que pone en jaque a figuras de alto perfil.
Según el reporte, la Patrulla Espiritual no solo se dedica a la rehabilitación, sino que también busca evidenciar a aquellos que, desde el poder, podrían estar relacionados con el crimen organizado. La denuncia señala que algunos políticos, particularmente de Morena, estarían bajo el radar de esta organización. Las acusaciones no son menores: nexos con el narcotráfico y falta de transparencia en sus gestiones son los principales señalamientos.
El grupo, liderado por la figura conocida como “El Chikilín”, ha ganado popularidad en redes sociales gracias a frases como “tazo dorado” y su estilo directo. Sin embargo, su enfoque ha generado críticas. La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Baja California ha advertido que las prácticas de la Patrulla Espiritual podrían incurrir en violaciones a los derechos humanos, especialmente por la forma en que “rescatan” a personas sin su consentimiento.
En el caso de los políticos, la Patrulla Espiritual asegura tener pruebas que pronto serán reveladas. Aunque no se han dado nombres específicos, el artículo sugiere que hay gobernadores y funcionarios municipales en la lista. Este tipo de señalamientos, en un contexto de creciente inseguridad, aviva la desconfianza hacia las autoridades y pone presión sobre el gobierno federal.
El impacto de estas acusaciones no es menor. En un país donde la relación entre política y crimen organizado es un tema sensible, las declaraciones de la Patrulla Espiritual podrían desencadenar investigaciones formales. Sin embargo, también hay quienes ven en esto una estrategia sensacionalista para ganar atención, especialmente en redes sociales, donde el grupo tiene un fuerte respaldo.
La controversia no termina ahí. Mientras algunos aplauden la valentía de la Patrulla Espiritual por enfrentar a los poderosos, otros cuestionan su legitimidad. ¿Es este grupo un verdadero agente de cambio o simplemente busca reflectores? Lo cierto es que su irrupción en el debate público ha generado un torbellino de opiniones, con ciudadanos divididos entre el apoyo y la desconfianza.
La situación pone en evidencia la fragilidad del sistema político mexicano. Con elecciones recientes y un gobierno de Morena que enfrenta críticas constantes por inseguridad, estas acusaciones podrían tener un impacto significativo. La Patrulla Espiritual, guste o no, ha logrado poner el dedo en la llaga en un tema que muchos prefieren evitar.
Por ahora, el futuro de estas denuncias es incierto. Las autoridades no han emitido comentarios oficiales, y la Patrulla Espiritual sigue operando en un limbo legal. Lo que sí es claro es que este grupo no piensa detenerse, y su mensaje contra los “narcopolíticos” ya está resonando en todo el país.

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¡Cuidado, narcopolíticos! La Patrulla Espiritual llega con todo
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