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Chimalhuacán se hunde en la inseguridad: el municipio más peligroso del Edomex

Chimalhuacán, en el Estado de México, se consolida como el municipio más inseguro de la entidad y el quinto a nivel nacional, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI. La percepción de inseguridad entre sus habitantes alcanzó un alarmante 86% en el primer trimestre de 2025, un aumento respecto al 80.6% registrado en diciembre de 2024. Los datos reflejan una crisis que parece desbordar a las autoridades locales.
Bajo el gobierno de la alcaldesa Xóchitl Flores Jiménez, de Morena, Chimalhuacán enfrenta un panorama desolador. A pesar de sus tres años y cinco meses en el cargo, la percepción de peligro entre los ciudadanos no cede. Los índices de violencia, robos y homicidios han colocado al municipio en el ojo del huracán, dejando en evidencia la falta de estrategias efectivas para combatir la delincuencia.
La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, realizada en abril de 2025, señala que los habitantes de Chimalhuacán viven con temor constante. Los delitos como robo de vehículos y violencia familiar están entre los más reportados, según el semáforo delictivo del gobierno estatal. Este escenario ha generado una creciente desconfianza hacia las autoridades locales, incapaces de revertir la tendencia al alza en los índices delictivos.
A pesar de los operativos de seguridad conjuntos entre la policía municipal, la Secretaría de Seguridad del Estado de México y la Guardia Nacional, los resultados son insuficientes. Recientemente, se aseguraron cinco motocicletas y se detuvo a seis personas por encubrimiento, pero estas acciones no logran disminuir la percepción de inseguridad entre la población.
El gobierno municipal ha intentado contrarrestar la crisis con medidas como la incorporación de 50 nuevas patrullas, con una inversión de más de 66 millones de pesos. Sin embargo, esta acción parece un esfuerzo aislado frente a la magnitud del problema. Los ciudadanos exigen soluciones integrales que vayan más allá de la adquisición de equipo.
Chimalhuacán no está solo en esta crisis. Municipios como Nezahualcóyotl y Toluca, también gobernados por Morena, registran un aumento en la percepción de inseguridad. En Toluca, bajo la administración de Ricardo Moreno Bastida, los índices de delincuencia han crecido, lo que refleja un patrón preocupante en las gestiones de este partido en el Estado de México.
La violencia en Chimalhuacán ha tenido episodios trágicos que han marcado a la comunidad. A principios de 2025, una explosión en un taller clandestino de pirotecnia en la colonia San Isidro dejó dos muertos y nueve heridos, incluyendo menores de edad. Este incidente expuso la falta de regulación y supervisión por parte de las autoridades locales.
La alcaldesa Xóchitl Flores ha reconocido públicamente la existencia de estos talleres clandestinos, admitiendo que no se había previsto su operación. Este tipo de declaraciones ha generado críticas por la aparente desconexión entre el gobierno municipal y los problemas que aquejan a la población, aumentando la sensación de abandono entre los habitantes.
La situación en Chimalhuacán es un reflejo de los retos que enfrenta el Estado de México en materia de seguridad. Mientras los ciudadanos claman por entornos más seguros, las autoridades parecen quedarse cortas en sus promesas. La percepción de inseguridad no solo afecta la calidad de vida, sino que también mina la confianza en las instituciones.
El desafío para Chimalhuacán es claro: se necesitan acciones contundentes y coordinadas para frenar la ola de violencia. Sin un cambio significativo en las políticas de seguridad, el municipio seguirá brillando, pero por las razones equivocadas, atrapado en una crisis que parece no tener fin.

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