Cientos de viviendas y locales abandonados en el corazón de Chihuahua están en riesgo inminente de derrumbe tras las recientes lluvias. La situación es alarmante, especialmente en el primer cuadro de la ciudad, donde las estructuras deterioradas representan un peligro constante para peatones y conductores.
Durante un recorrido por las calles del centro, se constató que edificaciones como la ubicada en las calles Cuarta y Allende están en condiciones críticas. Los muros de adobe, debilitados por la humedad, podrían colapsar en cualquier momento, poniendo en riesgo a quienes transitan por la zona.
La falta de mantenimiento en estas propiedades abandonadas agrava el problema. Muchas de estas construcciones, deshabitadas desde hace años, son utilizadas por personas sin hogar como refugio, lo que incrementa el peligro. En estos sitios, es común que se enciendan fogatas, lo que ha provocado incendios en el pasado.
Un caso particular es el inmueble en Allende 427, donde ya ocurrió un percance previo. Aunque los propietarios colocaron bloques para bloquear el acceso, esto no ha detenido a las personas que ingresan a estas ruinas, aumentando el riesgo de un accidente grave.
En la calle Allende 809, la situación no es menos preocupante. El enjarre de las paredes se está desprendiendo, y los muros, empapados por las lluvias, están a punto de venirse abajo. La falta de intervención oportuna por parte de las autoridades municipales es evidente.
Vecinos y comerciantes de la zona han expresado su preocupación por la inseguridad que representan estas estructuras. La ausencia de acordonamiento en las áreas afectadas deja a transeúntes y vehículos expuestos a un colapso repentino, especialmente en temporada de lluvias.
La problemática no es nueva. Desde hace meses, se han reportado casos similares en el centro de Chihuahua, pero las medidas para abordar el abandono de estas propiedades han sido insuficientes. Las autoridades locales parecen no priorizar la demolición o rehabilitación de estos sitios.
El peligro no solo afecta a quienes pasan por estas calles, sino también a los comercios cercanos, que temen que un derrumbe pueda dañar sus locales o ahuyentar a los clientes. La situación exige una respuesta inmediata para evitar una tragedia.
Este panorama refleja un descuido en la preservación del centro histórico de Chihuahua, una zona que debería ser un orgullo para la ciudad. La falta de acción para atender estas construcciones abandonadas pone en evidencia la necesidad de un plan integral para garantizar la seguridad de todos.
Mientras las lluvias continúan, el riesgo crece. Los habitantes de Chihuahua esperan que las autoridades tomen cartas en el asunto antes de que ocurra un incidente que pueda costar vidas o daños irreparables.