En un nuevo episodio de violencia que azota a Ciudad Juárez, un cuerpo sin vida fue encontrado la noche del domingo bajo el puente Zaragoza, en el bulevar Juan Pablo II. El hallazgo, reportado a las 22:25 horas, dejó en evidencia la crudeza de la inseguridad que no da tregua en la región.
El cuerpo, correspondiente a un hombre, fue hallado en condiciones escalofriantes: semidesnudo, con manos y pies atados con cinta adhesiva y un alambre enredado en el cuello. La escena, descrita por las autoridades, refleja un acto de extrema violencia que busca enviar un mensaje claro.
Junto al cadáver, los responsables dejaron una cartulina pegada al pecho de la víctima. El mensaje, dirigido a un grupo delictivo conocido como “La Empresa”, contenía amenazas explícitas y la frase “Por Ratas”. Este tipo de actos subraya la presencia de pugnas entre grupos criminales en la zona.
El reporte inicial fue recibido por el Centro de Emergencias y Respuesta Inmediata (CERI), tras la llamada de una mujer que alertó sobre el cuerpo. Rápidamente, la unidad 417 de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) acudió al lugar para confirmar el hallazgo y resguardar la escena.
Los agentes municipales cerraron los carriles de circulación de poniente a oriente en el bulevar Juan Pablo II. Esta medida buscó preservar cualquier evidencia que pueda ayudar a esclarecer el crimen, aunque hasta el momento no se han revelado más detalles sobre la investigación.
La brutalidad del caso ha generado preocupación entre los habitantes de Ciudad Juárez. La ciudad, que ya enfrenta una ola de violencia, suma este incidente a una lista creciente de homicidios que parecen no encontrar freno.
La falta de acción efectiva por parte de las autoridades locales y federales para contener la inseguridad sigue siendo un tema de debate. Este nuevo crimen pone en evidencia los retos que enfrenta el gobierno para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Casos como este, con mensajes amenazantes y ejecuciones públicas, reflejan la lucha de poder entre grupos delictivos. La población, atrapada en medio de esta violencia, exige respuestas y soluciones concretas.
La investigación está en curso, pero la identidad de la víctima y los responsables permanecen desconocidos. Las autoridades no han emitido más declaraciones sobre posibles avances en el caso.
Este hecho se suma a otros incidentes similares en la región, donde los cuerpos abandonados con mensajes son una práctica recurrente. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo seguirá esta ola de violencia sin control?