La Ciudad de México enfrenta una crisis climática con la activación de la alerta púrpura, el nivel más alto por lluvias torrenciales, en varias alcaldías. Este fenómeno, que implica precipitaciones extremas, ha generado inundaciones, caos vial y múltiples afectaciones en la capital. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) ha advertido sobre los peligros de estas condiciones, pero la respuesta gubernamental parece insuficiente ante la magnitud del problema.
La alerta púrpura se activa cuando las lluvias superan los 70 milímetros, un escenario que puede provocar daños severos en infraestructura y poner en riesgo a la población. Alcaldías como Tlalpan y Magdalena Contreras han sido las más afectadas, con reportes de inundaciones que han dejado autos varados y calles convertidas en ríos. Los habitantes de estas zonas han enfrentado horas de caos, mientras las autoridades locales batallan para atender las emergencias.
El Sistema de Transporte Colectivo Metro, vital para millones de capitalinos, no ha escapado al impacto. Varias líneas, incluidas la 2, 3 y 8, han operado con marcha lenta debido a las condiciones climáticas, afectando los traslados de miles de usuarios. La SGIRPC ha recomendado evitar zonas inundadas y tomar precauciones, pero la falta de infraestructura adecuada para enfrentar estas lluvias ha quedado en evidencia una vez más.
En Tlalpan, una de las zonas más golpeadas, se reportaron inundaciones en colonias como Héroes de Padierna, donde un camión y un auto quedaron atrapados en el agua. Los equipos de emergencia trabajaron arduamente para rescatar a los afectados, pero los vecinos señalan que las coladeras obstruidas y la falta de mantenimiento agravan la situación. Este problema no es nuevo, pero la respuesta municipal parece no estar a la altura.
La alerta púrpura no es un evento aislado. Durante el 2024, la CDMX ha enfrentado múltiples alertas por lluvias intensas, desde amarillas hasta rojas, especialmente en alcaldías como Gustavo A. Madero, Coyoacán e Iztapalapa. Sin embargo, la recurrencia de estos fenómenos pone en duda la capacidad de las autoridades para prevenir y mitigar los daños. Los capitalinos exigen soluciones reales, no solo alertas reactivas.
El Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) ha reportado encharcamientos en varias alcaldías, mientras los bomberos y equipos de Protección Civil trabajan sin descanso. A pesar de estos esfuerzos, las inundaciones han afectado la movilidad en avenidas principales, como Paseo de la Reforma, y han generado pérdidas materiales para cientos de familias. La pregunta es: ¿dónde está la planeación urbana que prometió el gobierno?
Las autoridades han sugerido medidas preventivas, como no tirar basura en las coladeras y evitar transitar por zonas inundadas. Sin embargo, estas recomendaciones parecen insuficientes cuando el sistema de drenaje colapsa ante lluvias de esta magnitud. Los ciudadanos han expresado su frustración en redes sociales, compartiendo videos de calles anegadas y árboles caídos, evidenciando la vulnerabilidad de la ciudad.
La gestión de Morena en la capital ha sido cuestionada por su manejo de estas crisis. A pesar de los anuncios de operativos y brigadas, los problemas estructurales persisten. La falta de inversión en infraestructura pluvial y el descuido en el mantenimiento de alcantarillas son señalados como las principales causas de este desastre recurrente. Los capitalinos merecen una ciudad preparada para enfrentar el clima, no solo alertas que llegan tarde.
Mientras las lluvias continúan, la CDMX permanece en vilo. La alerta púrpura es un recordatorio de los retos que enfrenta la capital ante el cambio climático y la falta de preparación. Las autoridades deben pasar de las palabras a los hechos, con acciones concretas que eviten que cada temporada de lluvias se convierta en una pesadilla para los ciudadanos.