El estado de Sonora ha rebasado a Chihuahua en la letalidad por sarampión, según los últimos reportes de la Secretaría de Salud. Mientras Chihuahua concentra el mayor número de casos a nivel nacional, Sonora registra una tasa más alta de muertes por complicaciones derivadas del virus. La situación prende las alarmas en ambas entidades, donde los brotes han expuesto fallas en la cobertura de vacunación.
En Chihuahua, los contagios han alcanzado cifras récord, con más de 1,740 casos confirmados hasta el 30 de mayo. La enfermedad, que se propaga rápidamente, afecta principalmente a comunidades con baja cobertura de vacunación, como las zonas menonitas. Cuauhtémoc lidera con 788 casos, seguido por la capital con 340. La Secretaría de Salud estatal reporta que el 45% de los casos se concentran en el noroeste del estado.
Sonora, aunque con menos casos, enfrenta un escenario más grave en términos de letalidad. Hasta el momento, el estado registra 43 pacientes, pero la proporción de muertes es mayor que en Chihuahua. Las autoridades sanitarias señalan que las complicaciones, como neumonía y encefalitis, han sido determinantes en los decesos, especialmente en personas no vacunadas o con sistemas inmunitarios debilitados.
La Secretaría de Salud de Chihuahua ha intensificado sus esfuerzos con la apertura de macrocentros de vacunación. Sin embargo, la velocidad del brote parece superar las medidas implementadas. La enfermedad, considerada erradicada en el continente en 2016, ha encontrado terreno fértil en comunidades con rezagos en inmunización, lo que ha generado críticas por la falta de prevención oportuna.
En Sonora, las autoridades también han reforzado las campañas de vacunación, pero la alta letalidad preocupa. Los expertos señalan que factores como la desnutrición y la falta de acceso a atención médica oportuna agravan los casos. En ambos estados, los niños menores de 10 años y las personas sin antecedentes de vacunación son los más afectados.
El origen del brote en Chihuahua se remonta a un caso importado desde Texas, que se propagó rápidamente en comunidades rurales. La cepa identificada, genotipo D8, es altamente contagiosa y ha complicado los esfuerzos de contención. En Sonora, los casos también están ligados a esta cepa, lo que sugiere una posible conexión en la cadena de contagios.
A nivel nacional, México suma más de 1,860 casos de sarampión en 2025, con Chihuahua representando el 95% de ellos. La Secretaría de Salud federal ha destinado recursos para apoyar a los estados afectados, pero la magnitud del brote evidencia problemas estructurales en el sistema de salud pública. La falta de campañas de vacunación efectivas en años anteriores ha sido señalada como una de las causas principales.
La situación ha generado un llamado urgente a la población para que acuda a vacunarse. Las vacunas triple viral (SRP) están disponibles en todos los centros de salud, pero la respuesta ciudadana sigue siendo insuficiente. Las autoridades insisten en que la vacunación es la única forma efectiva de prevenir complicaciones graves y frenar la propagación del virus.
El contraste entre Chihuahua y Sonora pone en evidencia la necesidad de estrategias más robustas. Mientras Chihuahua lucha contra un número abrumador de casos, Sonora enfrenta un desafío mayor en términos de letalidad. Ambas entidades reflejan la urgencia de mejorar la cobertura de vacunación y la atención médica en zonas vulnerables.
La crisis del sarampión no solo es un problema de salud, sino un reflejo de las carencias en prevención y respuesta oportuna. La población espera medidas más efectivas para contener esta enfermedad, que continúa cobrando vidas y poniendo en riesgo a comunidades enteras.