La presidenta Claudia Sheinbaum celebró el primer aniversario de su triunfo electoral con un discurso cargado de optimismo, asegurando que México vive un momento de solidez económica. En su conferencia matutina desde Palacio Nacional, destacó el crecimiento económico, el aumento en la inversión extranjera y avances en proyectos de infraestructura. Pero, ¿es realmente tan brillante el panorama como lo pinta?
Sheinbaum afirmó que el país está en transformación y que su gobierno va “muy bien” a ocho meses de iniciado. Según ella, el peso mexicano muestra fortaleza frente al dólar, un dato que presentó como prueba de la estabilidad económica. Sin embargo, críticos señalan que la moneda ha enfrentado altibajos, con una depreciación reciente que no se mencionó en su discurso.
En materia fiscal, la presidenta presumió un aumento del 11% en los ingresos reales, lo que, según ella, refleja una gestión eficiente. Pero no todo es color de rosa: el déficit fiscal sigue siendo un desafío, y expertos advierten que el crecimiento económico es menor al esperado, con pronósticos del Banco de México que apenas alcanzan un 0.1% para 2025.
En infraestructura, Sheinbaum destacó proyectos ferroviarios como los trenes México-Pachuca y México-Querétaro, además de nuevas rutas del Tren Maya y el Corredor Interoceánico. Estos proyectos, según la mandataria, son clave para el desarrollo del sureste mexicano. Sin embargo, las obras han enfrentado retrasos y críticas por su impacto ambiental y su viabilidad financiera.
En el ámbito social, la presidenta subrayó que todos los estudiantes de secundaria ya cuentan con una beca, un logro que presentó como parte de su compromiso con el bienestar. También anunció que este mes comenzará la entrega directa de recursos a comunidades indígenas y afrodescendientes, un paso que calificó como histórico tras una reforma constitucional.
Sheinbaum también habló de tres nuevos programas sociales que ahora son derechos constitucionales: apoyo a menores en educación básica, a mujeres de 60 a 64 años y atención directa a adultos mayores. Estos programas, según ella, fortalecen la justicia social, aunque no detalló cómo se financiarán sin aumentar la deuda pública.
En el terreno político, la mandataria defendió la controvertida reforma para elegir jueces por voto popular, presentándola como un avance democrático. Sin embargo, esta medida ha generado preocupación entre inversionistas y organismos internacionales, que temen una politización del Poder Judicial y una pérdida de confianza en las instituciones.
Mientras Sheinbaum celebra, las críticas no se hacen esperar. La oposición y analistas señalan que la economía enfrenta retos serios, como la inflación y la amenaza de aranceles desde Estados Unidos. Además, la concentración de poder en el gobierno de Morena, con una mayoría calificada en el Congreso, despierta temores de un debilitamiento de los contrapesos democráticos.
El panorama económico y social que describe Sheinbaum contrasta con reportes que muestran un crecimiento estancado y tensiones con sectores como la CNTE, que han desafiado al gobierno en las calles. Aunque la presidenta mantiene una alta popularidad, la falta de resultados tangibles en seguridad y salud sigue siendo un punto débil.
A un año de su victoria, Claudia Sheinbaum insiste en que México va por buen camino, pero las cifras y los retos externos e internos sugieren que el optimismo podría ser prematuro. La pregunta es si su discurso logrará convencer a un país que espera más que palabras de aliento.

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¡SHEINBAUM PRESUME ESTABILIDAD ECONÓMICA, PERO LOS NÚMEROS CUENTAN OTRA HISTORIA!
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