La SSPE desplegó operativos inmediatos en las zonas señaladas, incluyendo colonias de la capital y municipios aledaños. Según reportes oficiales, los agentes realizaron patrullajes y revisiones en las casillas afectadas, pero hasta el momento no se han reportado detenciones relacionadas con estos eventos. La falta de capturas ha generado críticas entre la población, que cuestiona la efectividad de las autoridades para garantizar la seguridad en un día clave para la democracia.
Testigos en las casillas describieron a los sujetos armados como personas que se movilizaban en vehículos y que, en algunos casos, permanecieron en las inmediaciones durante varios minutos antes de retirarse. Estas acciones provocaron temor entre los votantes, muchos de los cuales optaron por no acudir a las urnas o abandonar las filas por miedo a un posible enfrentamiento.
La jornada electoral, marcada por la elección de magistrados y otros cargos judiciales, ya había estado envuelta en controversia por acusaciones de irregularidades en el proceso. La presencia de hombres armados solo intensificó las dudas sobre la transparencia y seguridad del ejercicio democrático, con ciudadanos expresando su frustración en redes sociales.
La SSPE emitió un comunicado asegurando que las casillas operaron con normalidad tras los operativos y que no se reportaron incidentes violentos. Sin embargo, la declaración no ha convencido a todos, ya que persisten las preguntas sobre cómo fue posible que hombres armados circularan libremente en un día de alta vigilancia.
Organizaciones civiles y observadores electorales han exigido una investigación a fondo para esclarecer los hechos. Algunos han señalado que la presencia de grupos armados podría estar relacionada con intentos de intimidación para influir en los resultados, aunque no se han presentado pruebas concretas de ello hasta ahora.
La situación en Chihuahua se suma a otros reportes de inseguridad durante procesos electorales en el país, lo que ha reavivado el debate sobre la capacidad del gobierno para proteger a los ciudadanos en momentos clave. La percepción de vulnerabilidad en las casillas ha llevado a algunos a cuestionar si las elecciones en México son realmente libres y seguras.
Mientras tanto, la SSPE ha prometido mantener los operativos de vigilancia en el estado y ha llamado a la ciudadanía a reportar cualquier actividad sospechosa. La jornada electoral concluyó sin enfrentamientos reportados, pero la sombra de la inseguridad sigue pesando sobre el proceso.
El impacto de estos eventos podría tener consecuencias en la confianza ciudadana hacia las instituciones. En un contexto donde la violencia y la desconfianza ya son problemas recurrentes, este tipo de incidentes alimentan la percepción de un sistema incapaz de garantizar la seguridad.
A medida que se procesan los resultados electorales, la atención se centra ahora en si las autoridades tomarán medidas concretas para evitar que situaciones similares se repitan. La jornada del 1 de junio dejó claro que, en Chihuahua, la inseguridad sigue siendo un desafío que las autoridades no han logrado controlar.