En el municipio de Guachochi, Chihuahua, una gasolinera se ha convertido en el centro de atención al ofrecer la gasolina más cara de México, con un precio de 25.50 pesos por litro de combustible regular, según datos recientes de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
La estación señalada pertenece a la empresa Terralite, y su elevado costo ha generado controversia, especialmente porque el margen de ganancia por litro asciende a 3.29 pesos, una cifra que supera lo habitual en el mercado.
Durante la conferencia matutina de la Presidencia de la República, se destacó que esta gasolinera ocupa el primer lugar nacional en precios altos, lo que refleja las dificultades que enfrentan los consumidores en regiones apartadas como Guachochi.
A pesar de los esfuerzos del gobierno federal por estabilizar los costos de los combustibles a través de incentivos fiscales, como el aplicado al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), los precios en esta localidad serrana no han cedido.
La falta de claridad en la aplicación de estos estímulos fiscales ha generado críticas, ya que los consumidores no perciben una reducción significativa en el costo del combustible, mientras las gasolineras mantienen márgenes elevados.
En contraste, ninguna estación de servicio de Chihuahua apareció en la lista de las que ofrecen los precios más bajos, lo que agrava la percepción de desigualdad en el acceso a combustibles asequibles en la entidad.
Factores como la importación de gasolina y los costos de traslado en zonas remotas podrían estar influyendo en estos precios, pero la información disponible no detalla si hay medidas específicas para mitigar este impacto en Guachochi.
La situación ha puesto en evidencia los retos para garantizar precios justos en combustibles, especialmente en comunidades donde la economía local ya enfrenta múltiples desafíos.