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Conmemoran el Día de la Marina Nacional en Acapulco con promesas vacías de soberanía

En un evento cargado de simbolismo, la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, encabezaron la conmemoración del Día de la Marina Nacional en Acapulco. La ceremonia, realizada en un contexto de promesas grandilocuentes, buscó destacar la labor de los marinos en la protección de las costas mexicanas. Sin embargo, las palabras de compromiso parecen chocar con la realidad que enfrenta el sector marítimo.
La ceremonia incluyó un repaso histórico sobre el origen de esta conmemoración, recordando el zarpe del buque Tabasco en 1917, tripulado exclusivamente por mexicanos. Este hecho marcó un hito en la independencia operativa de la Marina, pero hoy, más de un siglo después, las preguntas sobre su verdadera capacidad para garantizar la soberanía persisten. ¿Es suficiente el discurso patriótico para enfrentar los retos actuales?
Evelyn Salgado, en un intento por resaltar su liderazgo, expresó su reconocimiento a los marinos que, según ella, protegen con valentía las costas del país. Sin embargo, sus palabras suenan huecas cuando recordamos los problemas de inseguridad que azotan Guerrero, un estado donde la Marina ha tenido que intervenir en operativos que van más allá de sus funciones tradicionales. ¿Dónde está el respaldo real para estas tareas?
Por su parte, Claudia Sheinbaum acompañó el evento en un esfuerzo por proyectar unidad con las fuerzas armadas. Su presencia, sin embargo, no logra disipar las dudas sobre la estrategia del gobierno federal para fortalecer el sector marítimo. Mientras se habla de soberanía, los recursos para modernizar la Marina y enfrentar amenazas como el narcotráfico marítimo parecen insuficientes.
El secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales Ángeles, no se quedó atrás en el desfile de discursos. Habló de la transformación de México y del mar como un eje estratégico para el desarrollo. Pero estas declaraciones contrastan con los reportes de embarcaciones ilegales que operan impunemente en las costas mexicanas. ¿Es esto realmente un pilar de prosperidad compartida?
Durante el evento, se entregaron condecoraciones como la Bicentenario, al Mérito Especial y al Mérito Naval, además de menciones honoríficas a personal destacado. Estos reconocimientos, aunque merecidos por los marinos, no logran ocultar las carencias estructurales que enfrenta la institución. Los honores fúnebres a los marinos caídos fueron un recordatorio de los上手
los sacrificios realizados, pero también de los riesgos que enfrentan diariamente.
La ceremonia contó con la presencia de altos funcionarios, como el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo, y la secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora. Sin embargo, la ausencia de propuestas concretas para fortalecer la Marina dejó un sabor amargo. Los asistentes, entre ellos autoridades civiles y militares, escucharon promesas de un futuro donde “México también es mar”, pero sin un plan claro, estas palabras parecen más retórica que compromiso.
El evento también sirvió para recordar el impacto del huracán Otis en Acapulco, que dejó a su paso decenas de víctimas, incluyendo marinos. A pesar de esto, no se mencionaron avances significativos en la reconstrucción del puerto ni en el apoyo a las familias afectadas. La Marina, que jugó un papel crucial en las labores de rescate, sigue operando en un contexto de recursos limitados.
Mientras el gobierno federal y estatal se llenan la boca con discursos sobre el patriotismo y la lealtad de los marinos, la realidad en las costas de Guerrero cuenta otra historia. La delincuencia organizada sigue aprovechando las debilidades en la vigilancia marítima, como lo demuestran los recientes decomisos de droga en la zona. ¿Dónde está la estrategia integral que prometen?
Acapulco, un puerto clave para México, merece más que ceremonias y reconocimientos. La Marina Nacional necesita un respaldo real, con inversiones en tecnología, capacitación y mejores condiciones para sus elementos. Sin esto, el Día de la Marina Nacional seguirá siendo solo una fecha para discursos vacíos, mientras los retos en el mar crecen sin control.

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