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Caos en la Central de Autobuses de Monterrey: FlixBus y Flix, el enfrentamiento que paralizó todo

La Central de Autobuses de Monterrey vivió un episodio de tensión que dejó a miles de pasajeros varados. Un enfrentamiento entre FlixBus y Flix, dos marcas de la misma empresa alemana Flix SE, desató el caos en una de las terminales más importantes del país. La disputa, que parecía un simple malentendido corporativo, escaló hasta colapsar las operaciones en la estación, afectando a viajeros que buscaban移動 entre ciudades como Ciudad de México, Torreón y destinos internacionales.
Todo comenzó con una confusión en la asignación de andenes. FlixBus, que opera rutas de bajo costo con paradas estratégicas fuera de terminales tradicionales, y Flix, la marca que engloba su tecnología y red global, no coordinaron adecuadamente sus operaciones. Esto provocó que autobuses de ambas marcas intentaran usar los mismos espacios en la Central de Autobuses, generando un embotellamiento vehicular que desquició a los pasajeros. La falta de claridad en la logística dejó a cientos de personas esperando horas bajo el sol.
La situación se agravó cuando los operadores locales, aliados de FlixBus, protestaron por la saturación de horarios. Alegaron que la llegada de Flix al mercado mexicano, con promesas de boletos desde 30 pesos, ha generado una competencia desleal que afecta sus ingresos. Conductores y empleados de otras líneas de autobuses se unieron a la protesta, bloqueando accesos y exigiendo una solución inmediata. La Central de Autobuses, ubicada en el corazón de Monterrey, se convirtió en un caos de cláxones y gritos.
Pasajeros reportaron demoras de hasta cinco horas, con familias y estudiantes entre los más afectados. Muchos denunciaron la falta de información clara por parte del personal de la terminal y de las empresas involucradas. Algunos viajeros, que planeaban conectar con destinos en Estados Unidos a través de la red de Greyhound, empresa hermana de Flix, perdieron sus conexiones internacionales, lo que generó aún más frustración.
Las autoridades de Monterrey intervinieron para intentar restablecer el orden. Elementos de la Policía Municipal y Protección Civil acudieron al lugar, pero la falta de un protocolo claro para manejar este tipo de conflictos complicó la respuesta. El municipio de Escobedo, donde FlixBus opera su propia terminal, también se vio involucrado, ya que algunas rutas se desviaron para aliviar la presión en la Central de Autobuses.
La empresa Flix México, a cargo de Carlos Magaña, emitió un comunicado pidiendo disculpas y asegurando que trabaja en soluciones logísticas. Sin embargo, las críticas no se hicieron esperar. Usuarios en redes sociales acusaron a la compañía de improvisar en un mercado tan competitivo como el mexicano, donde la demanda de transporte terrestre es enorme. La promesa de precios bajos y tecnología avanzada quedó opacada por este incidente.
Este no es el primer problema en la Central de Autobuses de Monterrey. En los últimos meses, la terminal ha enfrentado retos por el aumento de viajeros, especialmente en temporadas altas. La llegada de FlixBus, con su modelo disruptivo, ha generado tensiones con operadores tradicionales que ven amenazado su negocio. La falta de regulación clara para nuevas empresas de transporte en México podría estar detrás de este tipo de conflictos.
La situación pone en evidencia los retos de modernizar el transporte interurbano en el país. Mientras FlixBus busca revolucionar el mercado con paradas inteligentes y boletos accesibles, incidentes como este muestran que la infraestructura y la coordinación con autoridades locales aún tienen mucho por mejorar. Los pasajeros, atrapados en medio de la disputa, exigen soluciones rápidas para evitar que el caos se repita.

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