Un grave ataque sacudió el centro comercial peatonal de Pearl Street en Boulder, Colorado, el pasado domingo, dejando un saldo de ocho personas heridas. Un hombre identificado como Mohamed Sabry Soliman, de 45 años, utilizó un lanzallamas improvisado para atacar a un grupo de manifestantes que participaban en una marcha pacífica en apoyo a los rehenes israelíes retenidos en Gaza. El incidente, calificado como un acto de terrorismo por el FBI, ha generado conmoción en la comunidad local y nacional.
El ataque ocurrió alrededor de la 1:26 p.m., cuando la policía de Boulder recibió múltiples llamadas de emergencia reportando a un hombre prendiendo fuego a personas en la intersección de las calles 13 y Pearl. Los manifestantes formaban parte del evento semanal “Corre por sus Vidas”, una iniciativa global para visibilizar la situación de los rehenes tomados por Hamás en los atentados del 7 de octubre de 2023 en Israel. Las víctimas, cuatro hombres y cuatro mujeres de entre 52 y 88 años, sufrieron quemaduras y otras lesiones.
Testigos presenciales relataron momentos de pánico. Lisa Effress, quien almorzaba cerca del lugar, describió haber visto humo y personas aturdidas intentando apagar las llamas con su ropa. Un video difundido en redes sociales captó a un testigo gritando que el atacante lanzaba cócteles molotov, mientras las llamas envolvían a las víctimas. Al menos dos de los heridos, en estado grave, fueron trasladados en helicóptero a una unidad de quemados en Denver.
El FBI, liderado por el director Kash Patel, investiga el incidente como un acto de terrorismo selectivo. Mark D. Michalek, agente especial a cargo de la oficina de Denver, confirmó que el sospechoso gritó “¡Palestina libre!” durante el ataque, lo que sugiere un posible móvil ideológico. Sin embargo, el jefe de policía de Boulder, Steve Redfearn, señaló que aún es pronto para determinar las motivaciones exactas y que se están entrevistando a los testigos.
El sospechoso, Mohamed Sabry Soliman, fue detenido en el lugar y trasladado a un hospital por heridas leves. Las autoridades no han revelado si está vinculado a algún grupo o red específica. La policía y el FBI acordonaron una manzana en Colorado Springs, donde se presume reside el atacante, aunque no se han proporcionado más detalles sobre su identidad o antecedentes.
El gobernador de Colorado, Jared Polis, condenó el ataque como un “atroz acto de terrorismo” y expresó su solidaridad con las víctimas. En un comunicado, destacó que los actos de odio son inaceptables y aseguró que el estado colabora con las autoridades federales para esclarecer los hechos. La comunidad judía de Boulder, por su parte, emitió un mensaje de consternación, pidiendo una pronta recuperación para los heridos.
Este incidente se produce en un contexto de creciente tensión en Estados Unidos, con un aumento de la violencia antisemita. Hace apenas una semana, dos empleados de la embajada israelí en Washington fueron asesinados por un hombre que también gritó consignas pro-palestinas. Además, la residencia del gobernador judío de Pensilvania, Josh Shapiro, fue incendiada recientemente, lo que intensifica el malestar en la comunidad judía del país.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se pronunció sobre el ataque, calificándolo como un acto cometido “a sangre fría” y exigiendo que las autoridades estadounidenses procesen al responsable con todo el peso de la ley. El fiscal general de Colorado, Phil Weiser, señaló que el ataque parece ser un crimen de odio, dado que los manifestantes eran un grupo claramente identificado con la causa proisraelí.
La investigación continúa, con el FBI y la policía de Boulder trabajando para recabar más pruebas. El Departamento de Justicia de Estados Unidos también se ha involucrado, considerando el incidente como un acto de violencia motivado por razones ideológicas. Mientras tanto, el área de Pearl Street permanece bajo estrictas medidas de seguridad, con varias calles evacuadas para facilitar las labores de los equipos de emergencia.
Este ataque ha reavivado el debate sobre la seguridad en eventos públicos y la polarización en torno al conflicto entre Israel y Hamás. La comunidad de Boulder, conocida por su ambiente progresista y universitario, enfrenta ahora el desafío de sanar tras un episodio que ha dejado una profunda marca en sus calles.