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Activistas de Greenpeace sorprenden al robar estatua de cera de Macron en París

En un acto audaz, un grupo de activistas de Greenpeace irrumpió en el prestigioso Museo Grévin de París para robar la figura de cera del presidente francés, Emmanuel Macron. La estatua, valorada en unos 40,000 euros, fue sustraída en una operación cuidadosamente planeada que tomó por sorpresa a los guardias del museo.
El robo ocurrió el lunes por la mañana, cuando al menos seis activistas, haciéndose pasar por turistas, ingresaron al museo tras comprar sus entradas. Una vez dentro, algunos se cambiaron de ropa para parecer empleados, logrando desviar la atención de los guardias. La figura fue sacada por una salida de emergencia, oculta bajo una manta, según relató una vocera del museo.
La estatua de Macron, que recreaba al presidente en un despacho inspirado en el Palacio del Elíseo, fue llevada directamente a la embajada de Rusia en París. Allí, los activistas la colocaron frente al edificio como parte de una protesta contra las relaciones comerciales de Francia con Rusia.
Greenpeace denunció que, tres años después de la invasión rusa a Ucrania, Francia continúa importando gas natural y fertilizantes de Moscú. Según la organización, estas transacciones enriquecen al gobierno ruso y contradicen el apoyo declarado de Macron a Ucrania en el conflicto.
Junto a la estatua, los activistas desplegaron una pancarta con el mensaje “Ucrania arde, los negocios siguen”. También colocaron tres señales de tráfico simbólicas que representaban el gas, el uranio y los fertilizantes químicos, además de lanzar billetes al aire para criticar las ganancias de las empresas francesas.
Jean-Francois Julliard, director general de Greenpeace Francia, acusó a Macron de mantener un doble discurso. Según Julliard, mientras el presidente expresa apoyo a Ucrania, permite que empresas como Total Energies sigan comerciando con Rusia, priorizando beneficios económicos sobre sanciones efectivas.
Greenpeace destacó que las importaciones de fertilizantes químicos rusos a Francia han crecido un 86% desde 2021. La organización instó al gobierno francés a detener estas transacciones y a comprometerse con una transición ecológica para lograr una verdadera soberanía energética y agrícola.
El director del Museo Grévin, Yves Delhommeau, confirmó que no hubo violencia durante el robo y que Greenpeace se comunicó rápidamente para reivindicar la acción. Aseguró que la estatua sería devuelta sin daños y que las autoridades, incluida la Presidencia francesa, fueron informadas del incidente.
La protesta ha generado reacciones mixtas. Mientras algunos aplauden la acción simbólica de Greenpeace, otros cuestionan la legalidad del robo, aunque el museo no ha anunciado acciones legales hasta el momento.
Este acto de Greenpeace pone en el centro del debate las políticas energéticas de Francia y su papel en el contexto geopolítico actual, especialmente en relación con la guerra en Ucrania.

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