En un hecho sin precedentes, México vivió este domingo la primera elección popular para elegir a jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte, pero las expectativas de participación ciudadana fueron bajas. Yasmín Esquivel, candidata a ministra y figura cercana al oficialismo, acudió a las urnas en la alcaldía Benito Juárez y restó importancia a los pronósticos que apuntaban a una asistencia menor al 20 por ciento.
La ministra en funciones, quien busca mantenerse en el cargo, señaló que no se puede hablar de porcentajes sin antecedentes históricos. En entrevista con medios, Esquivel destacó que esta elección es única en su tipo, lo que dificulta prever el nivel de participación. Sin embargo, reconoció que encuestas recientes indicaban que más del 50 por ciento de la población estaba enterada del proceso.
Esquivel llegó a la casilla 4458 poco antes de las 9 de la mañana, acompañada de su familia. Completó su voto en apenas siete minutos, un proceso que describió como ágil porque ya tenía claros a sus candidatos. La ministra aseguró que no necesitó “acordeones” y que practicó para hacer su participación rápida y efectiva.
La elección judicial, impulsada por la reforma constitucional del gobierno de Morena, ha generado controversia. Críticos advierten que el proceso podría consolidar el control del partido gobernante sobre el Poder Judicial, en un contexto donde la independencia de los jueces está en entredicho. La baja participación proyectada refuerza estas preocupaciones.
A pesar de las críticas, Esquivel defendió el ejercicio democrático, afirmando que hay un amplio conocimiento entre la población sobre la importancia de votar. Sin embargo, la apatía ciudadana parece ser un obstáculo, con estimaciones que sugieren que solo un 15 por ciento del padrón electoral acudiría a las urnas.
La jornada electoral, que busca renovar casi 2,700 cargos judiciales, ha sido calificada como un experimento arriesgado. Analistas señalan que la falta de interés ciudadano podría deberse a la complejidad del proceso, con más de 3,400 candidaturas compitiendo por 881 puestos, lo que dificulta la toma de decisiones informadas.
Esquivel, junto con otras ministras como Lenia Batres y Loretta Ortiz, ha estado en el centro de la polémica por presuntos actos anticipados de campaña. Aunque el INE desechó algunas denuncias en su contra, las acusaciones de uso indebido de recursos públicos persisten, alimentando el debate sobre la transparencia del proceso.
El escándalo más significativo que rodea a Esquivel es el relacionado con su tesis de licenciatura, señalada por plagio en 2022. Pese a las acusaciones, la ministra ha sostenido que su trabajo es original, y un fallo judicial impidió a la UNAM determinar lo contrario, lo que ha generado críticas por una supuesta “justicia expedita” a su favor.
La elección de este 1 de junio marca un momento clave para el futuro del Poder Judicial en México. Mientras Esquivel y otros candidatos cercanos a Morena buscan legitimarse en las urnas, la baja participación y las controversias amenazan con empañar este ejercicio inédito.
El resultado de esta votación, que definirá el rumbo de la justicia mexicana, se conocerá en las próximas horas. Sin embargo, las dudas sobre la imparcialidad y la legitimidad del proceso persisten, dejando un panorama incierto para el sistema judicial del país.

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Yasmín Esquivel minimiza baja participación en histórica elección judicial
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