En las concurridas avenidas de Guadalajara, el uso de celulares al volante se ha convertido en un problema que entorpece la circulación y pone en riesgo la seguridad de todos. Según un reciente informe, el 60% de los conductores en la ciudad manejan distraídos, principalmente por el uso de sus dispositivos móviles, lo que incrementa hasta cuatro veces el riesgo de accidentes viales. Este hábito, lejos de disminuir, sigue siendo una de las principales causas de congestionamientos y percances en la metrópoli.
La situación es alarmante en avenidas como López Mateos, Patria y Vallarta, donde los embotellamientos son una constante. Conductores que revisan mensajes, contestan llamadas o usan aplicaciones mientras manejan contribuyen a frenar el flujo vehicular. Las autoridades locales han señalado que esta práctica no solo genera retrasos, sino que también provoca accidentes que podrían evitarse con mayor atención al volante.
El Observatorio de Lesiones del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes en Jalisco ha advertido sobre las consecuencias de esta conducta. Los datos son claros: el uso del celular al manejar es una de las distracciones más comunes y peligrosas. A pesar de las campañas de concientización, muchos automovilistas ignoran las recomendaciones, lo que agrava los problemas de movilidad en la ciudad.
Las multas por usar el celular al volante, aunque existen, parecen no ser suficientes para disuadir a los conductores. En 2021, se aplicaron más de 15 mil infracciones por este motivo en Jalisco, pero la cifra disminuyó respecto al año anterior. Esto sugiere una relajación en la aplicación de sanciones, lo que preocupa a los especialistas en movilidad urbana, quienes piden una mayor vigilancia por parte de la Policía Vial.
Casos concretos ilustran el impacto de esta problemática. Conductores como Mario, quien revisaba su navegador en la Calzada Olímpica, o Elena, que contestó una llamada en la avenida Alcalde, terminaron en accidentes que pudieron evitarse. Estas historias reflejan cómo un momento de distracción puede tener consecuencias graves, desde daños materiales hasta lesiones físicas.
Las autoridades han propuesto soluciones como el uso de dispositivos de manos libres o aplicaciones que bloquean el celular mientras se conduce, como LifeSaver o DriveSafe.ly. Sin embargo, la adopción de estas herramientas es baja, y los conductores prefieren arriesgarse, confiados en que pueden manejar y usar su teléfono al mismo tiempo, una creencia que los datos desmienten rotundamente.
La falta de acción contundente por parte del gobierno estatal y municipal agrava el problema. Aunque se han implementado operativos viales en avenidas clave, la vigilancia es inconsistente. En un ejercicio de observación en el cruce de Hidalgo y Federalismo, se contabilizaron 36 conductores usando sus celulares en solo media hora, sin que ningún agente vial interviniera.
El impacto en la movilidad urbana es innegable. Las principales arterias de Guadalajara, ya saturadas por el crecimiento vehicular y la falta de planeación urbana, se ven aún más afectadas por estas distracciones. Proyectos como los carriles a contraflujo o la modernización del transporte público no logran compensar el caos generado por conductores distraídos.
Especialistas en movilidad urbana, como Roberto Ulises Estrada, insisten en la necesidad de endurecer las sanciones y aumentar la presencia de agentes viales. Sin embargo, la responsabilidad también recae en los ciudadanos, quienes deben tomar conciencia de los riesgos que implica manejar mientras usan el celular. La seguridad vial depende de un cambio de hábitos colectivo.
Mientras Guadalajara lucha por mejorar su infraestructura vial, el uso irresponsable de los celulares al volante sigue siendo un obstáculo para una circulación fluida y segura. La ciudad necesita medidas más efectivas y una mayor concientización para reducir los accidentes y el congestionamiento que afectan la calidad de vida de sus habitantes.