Hoy, 1 de junio de 2025, el Estado de México vivió una jornada histórica con la primera elección directa para renovar el Poder Judicial. Miles de mexiquenses acudieron a las casillas para elegir a los nuevos jueces, magistrados y al presidente del Tribunal Superior de Justicia, en un ejercicio que prometía democratizar la justicia, pero que no estuvo exento de controversias.
La gobernadora Delfina Gómez, figura clave de Morena, hizo su aparición en una casilla en Texcoco, donde destacó la importancia de este proceso. Sin embargo, la baja afluencia de votantes en varias casillas, como la ubicada en la comunidad de San Pedro, levantó cuestionamientos sobre el interés ciudadano en esta reforma impulsada por el partido en el poder.
El Instituto Electoral del Estado de México reportó la instalación de más de 8,900 casillas, aunque algunas enfrentaron problemas, como inundaciones en el distrito de Valle de Chalco, lo que obligó a reubicarlas. A pesar de estos contratiempos, las autoridades aseguraron que la jornada transcurrió en calma, aunque la ausencia de un Programa de Resultados Electorales Preliminares generó críticas por la falta de transparencia inmediata.
En esta elección, los mexiquenses recibieron hasta diez boletas para elegir 91 cargos, incluyendo la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, cinco magistraturas del Tribunal de Disciplina Judicial y 55 jueces locales. Sin embargo, en cinco distritos se entregaron solo nueve boletas, lo que añadió confusión entre los votantes.
El proceso de conteo de votos será distinto a lo habitual. Los resultados no se conocerán de inmediato, ya que el cómputo se realizará en las juntas distritales y podría extenderse hasta el 15 de junio. Esta demora ha sido señalada como un punto débil que podría minar la confianza en el proceso.
Críticas al ejercicio no se hicieron esperar. Algunos sectores, como el expresado por el político Alejandro Moreno, calificaron la elección como una farsa, argumentando que no garantiza una verdadera democratización del Poder Judicial. Las protestas en la Ciudad de México, como la ocurrida en el Ángel de la Independencia, reflejaron el descontento de quienes ven esta reforma como un intento de control político.
A pesar de las críticas, figuras como el gobernador de Tabasco, Javier May, celebraron la jornada como un parteaguas para acercar la justicia al pueblo. Sin embargo, la falta de un conteo rápido y la opacidad en los resultados preliminares alimentan las dudas sobre la legitimidad del proceso.
El Instituto Nacional Electoral destacó que los cómputos distritales estarán disponibles en su portal, pero la espera de hasta doce días para conocer los resultados finales ha generado escepticismo. La participación ciudadana, aunque histórica, no alcanzó los niveles esperados, lo que pone en cuestión el impacto real de esta reforma.
Las campañas previas, que iniciaron el 24 de abril, estuvieron marcadas por restricciones estrictas. Los candidatos no pudieron usar espectaculares ni realizar eventos masivos, lo que limitó su capacidad de conectar con los votantes. A pesar de esto, propuestas como la creación de un Tribunal Virtual de Resolución Rápida destacaron entre los aspirantes.
El Estado de México, con el padrón electoral más grande del país, tenía la oportunidad de sentar un precedente en esta elección. Sin embargo, los retos logísticos, las críticas al proceso y la baja participación ciudadana dejan un panorama incierto sobre el futuro del Poder Judicial mexiquense.