La jornada electoral del 1 de junio de 2025 marcó un hito en México con la primera elección judicial para renovar 881 cargos del Poder Judicial. Sin embargo, un hecho inédito opacó el proceso: la presencia de militares en la sesión del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE). La consejera presidenta, Guadalupe Taddei, justificó esta situación como un acto de “cortesía” hacia las Fuerzas Armadas por su apoyo en la seguridad del proceso. Pero, ¿es realmente tan simple?
Taddei explicó que los elementos militares estaban presentes porque forman parte de la Mesa de Seguridad instalada desde las 6 de la mañana para resguardar los materiales electorales. Según ella, su asistencia en el Salón de Plenos del INE, donde se desarrolló la sesión pública, fue un gesto de agradecimiento por su labor en la custodia de boletas. La presidenta del INE insistió en que no se puede hablar de una vulneración a la autonomía del organismo, calificando estas críticas como un “exceso”.
Sin embargo, la presencia de militares en un espacio reservado para la deliberación electoral no pasó desapercibida. En los 35 años de historia del INE, desde su fundación como IFE en 1990, nunca se había registrado un hecho similar. Exconsejeros como Lorenzo Córdova y Alfredo Figueroa expresaron su preocupación, destacando que este evento es completamente inédito y cuestionable en un organismo autónomo.
El consejero Jaime Rivera también alzó la voz. A través de su cuenta en X, señaló que los consejeros no fueron consultados ni informados sobre la presencia de las Fuerzas Armadas en la sala del Consejo General. Rivera subrayó que este espacio debería ser exclusivo para las deliberaciones de los consejeros y sus equipos, lo que intensifica las dudas sobre la decisión de permitir la entrada de militares.
La jornada electoral, que incluyó la apertura de más de 84 mil casillas en todo el país, transcurrió con la participación de casi 100 millones de mexicanos. Los votantes recibieron hasta seis boletas para elegir cargos clave, como nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y magistrados del Tribunal Electoral. A pesar de la relevancia del proceso, la controversia sobre los militares ha desviado la atención hacia posibles implicaciones en la independencia del INE.
Críticos advierten que la presencia de elementos armados en un espacio de deliberación electoral podría interpretarse como una señal de presión. Aunque Taddei defendió que el INE confía plenamente en las Fuerzas Armadas para proteger el material electoral, las voces disidentes argumentan que este gesto, lejos de ser una cortesía, pone en entredicho la autonomía del organismo en un momento clave para la democracia mexicana.
El debate también ha reavivado las tensiones entre el INE y sectores cercanos al oficialismo. La reforma judicial, impulsada por Morena, ha generado críticas por otorgar mayores facultades a Taddei, como el nombramiento directo de funcionarios clave sin consultar al Consejo General. Este contexto alimenta las sospechas sobre las decisiones tomadas durante el proceso electoral.
Mientras el INE asegura que el proceso está “altamente blindado” en términos de seguridad, la polémica no se detiene. La presencia militar, aunque justificada como un acto protocolario, ha encendido las alarmas entre quienes ven en este hecho un precedente peligroso. La pregunta sigue en el aire: ¿fue realmente una cortesía o un mensaje de control en un proceso histórico para México?
La elección judicial continúa siendo un tema divisivo. Aunque Taddei insiste en que el INE está comprometido con la transparencia y la legalidad, la sombra de la controversia persiste. La ciudadanía, que acudió masivamente a las urnas, espera que este proceso marque un cambio positivo en el Poder Judicial, pero sin sacrificar la autonomía de las instituciones democráticas.