Miles de ciudadanos salieron a las calles de la Ciudad de México este domingo 1 de junio para protestar contra la primera elección judicial en el país, un proceso que han calificado como una farsa orquestada por el gobierno de Morena. La marcha, conocida como “Domingo Negro”, comenzó a las 11 de la mañana en el Ángel de la Independencia y avanzó hacia el Monumento a la Revolución, con pancartas y consignas como “No al fraude”.
La convocatoria, liderada por la organización Resistencia Civil, Activa y Pacífica (Recap), reunió a más de 3 mil personas, según datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX. Los manifestantes expresaron su indignación por lo que consideran una elección manipulada, diseñada para consolidar el control de Morena sobre el Poder Judicial.
El proceso electoral, que busca renovar 881 cargos federales, incluidos nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha sido criticado desde su inicio. Organizaciones civiles han denunciado irregularidades, como la inclusión de candidatos con presuntos vínculos con el crimen organizado y la distribución de “acordeones” con boletas marcadas a favor de aspirantes cercanos al oficialismo.
En la marcha, los ciudadanos acusaron al gobierno federal de Claudia Sheinbaum y al partido Morena de usar esta elección como una herramienta para debilitar la independencia judicial. Señalaron que el proceso carece de transparencia y equidad, lo que pone en riesgo la democracia en México.
Las protestas no se limitaron a la capital. En estados como Guanajuato, Veracruz, Jalisco, Sinaloa y Puebla, también se registraron movilizaciones. Incluso en el extranjero, mexicanos en consulados de Los Ángeles, Houston, Dallas y Madrid se unieron al movimiento, exigiendo un proceso electoral justo y libre de intervención política.
Uno de los puntos más criticados es la participación de candidatos con antecedentes cuestionables. Organizaciones como Defensorxs han documentado que al menos 13 aspirantes tienen nexos con el narcotráfico, delitos sexuales o sectas político-religiosas, lo que ha generado desconfianza en la legitimidad del proceso.
La jornada electoral, que arrancó con la apertura de 84 mil casillas en todo el país, estuvo marcada por la presencia de observadores de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Sin embargo, los manifestantes consideran que la supervisión internacional no será suficiente para garantizar la limpieza de un proceso que, según ellos, está viciado de origen.
En la CDMX, los manifestantes bloquearon carriles centrales durante su recorrido, lo que generó tensiones con las autoridades locales. A pesar de esto, la marcha transcurrió de manera pacífica, con los ciudadanos reafirmando su compromiso de defender la autonomía del Poder Judicial.
El “Domingo Negro” ha dejado claro el descontento de un sector importante de la población con la reforma judicial impulsada por Morena. Los organizadores aseguran que esta es solo la primera de varias acciones para visibilizar lo que consideran un ataque directo a las instituciones democráticas del país.
Mientras las urnas se cierran y los resultados comienzan a perfilarse, la controversia en torno a esta elección histórica no hace más que crecer. La ciudadanía exige claridad y justicia en un proceso que, para muchos, representa un retroceso en la lucha por un México más democrático.