En un hecho que ha desatado controversia, dos atletas femeninas se negaron a compartir el podio con una competidora transgénero tras el campeonato estatal de salto de altura en Oregon. El evento, celebrado en el marco de los campeonatos escolares, ha reavivado el debate sobre la participación de atletas transgénero en competencias deportivas femeninas.
La ganadora, identificada como una atleta transgénero de la Preparatoria McDaniel de Portland, obtuvo el primer lugar en la prueba de salto de altura. Sin embargo, las competidoras que lograron el segundo y tercer puesto decidieron no subir al podio durante la ceremonia de premiación, en un gesto que fue interpretado como una protesta contra su participación.
El campeonato, realizado en el Veterans Memorial Stadium, atrajo la atención de espectadores y padres, muchos de los cuales expresaron su descontento. Algunos asistentes portaban brazaletes y camisetas con mensajes como “Salvemos el deporte femenino”, mostrando su oposición a las políticas que permiten la participación de atletas transgénero en categorías femeninas.
La Asociación de Actividades Escolares de Oregon, encargada de regular las competencias escolares, mantiene una política que permite a los estudiantes participar según su identidad de género. Esta normativa busca garantizar un entorno inclusivo, pero ha generado críticas por parte de quienes consideran que no asegura una competencia justa para todas las atletas.
La controversia no es nueva en Oregon. En 2024, la misma atleta transgénero había dominado otras pruebas de atletismo, como los 200 y 400 metros, lo que también provocó reacciones divididas. En esa ocasión, su victoria por amplio margen en los 400 metros generó indignación en redes sociales, donde se cuestionó la equidad de la competencia.
El debate se intensificó tras la firma de la Orden Ejecutiva 14201 por el presidente Donald Trump, conocida como “Mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos”. Esta orden busca limitar la participación de atletas transgénero en categorías femeninas, argumentando la necesidad de proteger la equidad en el deporte escolar.
En respuesta, legisladores republicanos de Oregon han propuesto revisar las políticas deportivas estatales. Christine Drazan, líder de la minoría en la Cámara de Representantes, anunció planes para presentar un proyecto de ley que redefina las reglas de participación en competencias escolares, priorizando la equidad competitiva.
A pesar de la controversia, algunas voces en la comunidad deportiva han defendido la inclusión. Brooke White, quien compartió el podio en otra prueba con una atleta transgénero, expresó su apoyo, destacando la importancia de la diversidad en el deporte y el respeto mutuo entre competidoras.
El caso ha puesto en el centro del debate la tensión entre inclusión y equidad en el deporte. Mientras algunos abogan por políticas que permitan la participación basada en la identidad de género, otros insisten en que las diferencias biológicas pueden representar una ventaja competitiva significativa.
Los campeonatos escolares de Oregon han concluido, pero la discusión está lejos de terminar. Este episodio refleja los desafíos que enfrentan las organizaciones deportivas al buscar un balance entre inclusión y justicia en las competencias femeninas, un tema que seguirá generando opiniones encontradas.