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Un ataque armado sacude Apatzingán: un policía muerto y dos heridos en un brutal enfrentamiento

La mañana de este sábado, la violencia volvió a golpear Apatzingán, Michoacán, dejando un saldo trágico. Un grupo de sicarios fuertemente armados emboscó a elementos de la Policía Municipal en la colonia Lázaro Cárdenas. El ataque ocurrió alrededor de las 07:20 horas, cuando los oficiales circulaban en una camioneta Ford Lobo blanca por la avenida Joaquín Amaro.
El vehículo oficial fue prácticamente destrozado por más de 200 impactos de bala, según reportes preliminares. Los agresores, presuntos miembros de un grupo criminal, sorprendieron a los policías en una esquina cercana a una cancha de fútbol. La escena quedó marcada por la violencia desmedida, reflejando la grave situación de inseguridad que azota la región.
En el ataque, un comandante identificado como Alfredo N., de 46 años, perdió la vida en el lugar. Dos oficiales más, un hombre y una mujer, resultaron heridos y fueron trasladados de emergencia para recibir atención médica. La brutalidad del asalto desató una inmediata movilización de policías, fuerzas federales y paramédicos.
Habitantes de la zona alertaron sobre las fuertes detonaciones, lo que permitió una rápida respuesta de las autoridades. Sin embargo, la magnitud del ataque evidencia la creciente audacia de los grupos criminales en Tierra Caliente. Los responsables huyeron, dejando tras de sí un escenario de caos y temor.
En un operativo paralelo en Apatzingán, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y la Defensa Nacional lograron un golpe contra la delincuencia. En la localidad de Las Becerras, detuvieron a cinco hombres, entre ellos un adolescente, en posesión de cinco armas largas, 670 cartuchos y 24 cargadores. Este aseguramiento se atribuye a una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación, conocida como “Los Blancos de Troya”.
Además, en la localidad de Cenobio Moreno, agentes de la Guardia Nacional decomisaron fusiles de asalto y material bélico oculto entre la maleza. Estos hallazgos reflejan los esfuerzos de las autoridades por frenar la violencia, aunque los resultados parecen insuficientes ante la magnitud del problema.
El Ayuntamiento de Apatzingán emitió un comunicado lamentando los hechos y prometiendo trabajar con autoridades estatales y federales para esclarecer el caso. Sin embargo, este nuevo episodio de violencia pone en evidencia la fragilidad de la seguridad en el municipio, donde los ataques a fuerzas del orden son cada vez más frecuentes.
Solo una semana antes, en Tingüindín, otro municipio de Michoacán, dos policías municipales fueron asesinados en una emboscada similar. La región de Tierra Caliente sigue bajo el control de grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación, que disputan el territorio con otras organizaciones criminales, dejando a la población atrapada en una espiral de violencia.
Este ataque no es un hecho aislado. En los últimos meses, Michoacán ha enfrentado un aumento alarmante en el uso de drones explosivos, minas terrestres y bloqueos carreteros. Las autoridades parecen desbordadas, mientras los ciudadanos exigen respuestas y medidas efectivas para recuperar la paz.
La tragedia de Apatzingán es un recordatorio de la crisis de inseguridad que vive Michoacán. La falta de acción contundente por parte del gobierno estatal y federal agrava la situación, dejando a las fuerzas municipales vulnerables y a la población en constante temor.

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