Han pasado siete años desde aquel fatídico 29 de mayo de 2018, cuando tres jóvenes enfermeros y una amiga fueron arrancados de sus vidas en Hidalgo del Parral, Chihuahua. Oswaldo Galván Rodríguez, Mayra Mendoza, Sigrid Díaz Huerta y Mereary Muñoz Lozano desaparecieron sin dejar rastro, dejando a sus familias sumidas en un dolor interminable.
Los enfermeros, originarios de Jiménez, trabajaban en el hospital de ginecobstetricia de Parral, cumpliendo con su servicio social tras egresar de la carrera de Enfermería. Aquella noche, un comando armado irrumpió en su vivienda en la colonia Kennedy, llevándoselos con violencia. Otro compañero fue secuestrado, pero liberado minutos después, siendo él quien identificó a los responsables.
Las investigaciones apuntaron a dos agentes municipales, Omar Iván Ruiz Jiménez, alias “El Policholo”, e Iván Francisco Luis Borruel, “El Robocop”. Ambos fueron sentenciados en 2021 a 31 años y tres meses de prisión por desaparición forzada. Sin embargo, estas condenas no han traído claridad sobre el destino de los jóvenes.
La Fiscalía Especializada de la Mujer encabezó la investigación, que también vinculó a Claudia Palmira M. A., conocida como “La Pamy”. Esta mujer, originaria de Parral, fue condenada a 57 años por trata de personas, un delito que se relaciona directamente con Mayra, una de las víctimas. A pesar de las detenciones, el paradero de los cuatro sigue siendo un misterio.
El caso se complica con la muerte de un testigo clave, Jesús Antonio T. M., “Chavita”, asesinado en 2020 en un fraccionamiento de Parral. Según reportes, este joven conocía detalles cruciales sobre lo sucedido, pero su ejecución frustró cualquier posibilidad de avanzar en las pesquisas.
La falta de resultados tras siete años refleja un sistema de justicia que parece incapaz de responder a las familias. La detención de los ex policías y de “La Pamy” no ha sido suficiente para esclarecer los hechos ni para aliviar el sufrimiento de quienes siguen buscando a sus seres queridos.
En Parral, la tragedia de estos jóvenes sigue resonando. La comunidad recuerda a los enfermeros como personas tranquilas, dedicadas a su vocación de salvar vidas. Mayra, en particular, era conocida en el vecindario por su carisma y presencia, lo que hace aún más dolorosa su ausencia.
La pregunta que persiste, siete años después, es la misma: ¿dónde están Oswaldo, Mayra, Sigrid y Mereary? Las autoridades han fallado en responder, dejando a las familias atrapadas en una espera sin fin, con la esperanza de que algún día la verdad salga a la luz.
Mientras tanto, el caso se suma a los miles de desapariciones en Chihuahua, un estado donde la violencia y la impunidad siguen siendo una constante. Parral, junto con Ciudad Juárez, figura entre los municipios más afectados por este flagelo, según datos de organizaciones civiles.
La lucha de las familias continúa, pero el silencio de las autoridades y la falta de avances concretos mantienen esta herida abierta. Siete años después, la justicia sigue siendo una deuda impagable para quienes no se cansan de buscar.