El presupuesto público de México enfrenta un nuevo golpe en 2025, con recortes que han debilitado sectores clave como la agricultura, según un informe reciente. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha reducido significativamente los recursos destinados a programas esenciales, afectando directamente la capacidad del país para enfrentar crisis como la del gusano barrenador. Este problema, que amenaza la ganadería nacional, ha puesto en jaque la economía de miles de productores.
Desde 2019, el presupuesto de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) ha sufrido una disminución drástica, con una caída del 50% en términos reales. Esto ha limitado las acciones de monitoreo y prevención de plagas, dejando al sector vulnerable. El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) señala que la falta de recursos ha contribuido a la propagación del gusano barrenador, una plaga que ha generado pérdidas millonarias.
La crisis del gusano barrenador no es un problema nuevo, pero su impacto se ha agravado en los últimos meses. En noviembre de 2024, se detectó el primer caso en Chiapas tras tres décadas de erradicación, y desde entonces, los casos han crecido exponencialmente. Actualmente, se reportan casi 1,500 casos en estados como Tabasco, Chiapas y Campeche, afectando tanto al ganado como, en casos raros, a humanos.
El gobierno federal ha intentado responder con medidas como la aplicación de ivermectina al ganado y la colaboración con Estados Unidos para controlar la plaga. Sin embargo, la falta de presupuesto ha restringido la implementación efectiva de estas acciones. La construcción de una planta de moscas estériles en Chiapas, financiada con 21 millones de dólares por Estados Unidos, busca ser una solución, pero su impacto aún es incierto.
La suspensión de exportaciones de ganado a Estados Unidos, ordenada por el Departamento de Agricultura de ese país, ha generado un impacto económico devastador. El IMEF calcula que las pérdidas superan los 1,300 millones de dólares, afectando a productores en estados como Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas. Esta medida, calificada como injusta por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha tensado las relaciones comerciales con el país vecino.
El gobierno de Sheinbaum ha prometido que la frontera para el ganado se reabrirá pronto, pero las críticas no cesan. La falta de previsión y los recortes presupuestales han sido señalados como los principales responsables de esta crisis. Mientras tanto, los ganaderos enfrentan pérdidas diarias, con animales listos para exportación que no pueden ser vendidos.
La situación también ha destapado problemas estructurales en el sector agropecuario. El tráfico ilegal de ganado, ligado al crimen organizado, ha contribuido a la propagación del gusano barrenador. Según expertos, el contrabando de animales sin controles sanitarios ha facilitado la diseminación de la plaga, un problema que el gobierno no ha logrado controlar.
En medio de este panorama, la Secretaría de Salud reporta un aumento de casos de miasis en humanos, con 26 personas afectadas en 12 estados. Aunque son casos excepcionales, la presencia del gusano barrenador en humanos ha generado alarma. Las autoridades recomiendan revisar heridas en animales y reforzar la higiene para prevenir más contagios.
El manejo de esta crisis ha puesto en evidencia las carencias presupuestales y la falta de coordinación efectiva. Mientras el gobierno promete soluciones, los productores exigen acciones inmediatas para evitar un colapso mayor. La economía ganadera, un pilar clave para muchas regiones del país, está en riesgo.
La incertidumbre económica se suma a un contexto global complicado, con aranceles y tensiones comerciales que afectan a México. La reducción del presupuesto público no solo ha limitado la respuesta al gusano barrenador, sino que también pone en duda la capacidad del país para enfrentar otros retos en 2025.