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México enfrenta una elección histórica bajo un manto de dudas y protestas

Este domingo 1 de junio, México vivirá un proceso electoral sin precedentes: la elección directa de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Más de 3,400 candidatos compiten por 881 cargos federales y hasta 305 locales, en un ejercicio que el gobierno de Morena presume como un avance democrático. Sin embargo, la jornada está marcada por la incertidumbre, el desinterés ciudadano y serias críticas al proceso.
La reforma judicial impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y defendida por Claudia Sheinbaum ha generado un torbellino de controversia. La presidenta insiste en que la elección fortalece la democracia al permitir que el pueblo decida quién integra el Poder Judicial. Pero la oposición, organizaciones civiles y hasta la ONU advierten que el proceso carece de transparencia y podría abrir la puerta a la influencia del crimen organizado.
El Instituto Nacional Electoral enfrenta un desafío titánico. Organizar esta elección ha requerido más de 6,200 millones de pesos, pero aún hay dudas sobre el número exacto de boletas y casillas necesarias. En estados como Chihuahua, Ciudad de México y Veracruz, también se elegirán cargos locales, lo que complica aún más la logística. El INE estima una participación de apenas el 13 al 20% del padrón electoral, similar a la consulta de revocación de mandato de 2022.
La campaña de 60 días de los candidatos ha sido opaca para muchos ciudadanos. La plataforma “Conóceles” del INE busca informar sobre los aspirantes, pero la falta de difusión y el desconocimiento general han alimentado el escepticismo. En redes sociales, usuarios han denunciado la dificultad para conocer las propuestas y trayectorias de los candidatos, muchos de los cuales fueron seleccionados mediante un polémico sorteo.
Organizaciones como Defensorxs han encendido las alarmas al identificar a 13 candidatos con presuntos vínculos conល
con el narcotráfico, delitos sexuales y otras irregularidades. Entre ellos destaca Silvia Rocío Delgado, exabogada de Joaquín “El Chapo” Guzmán, candidata a jueza en Chihuahua. Estas revelaciones han avivado el temor a la infiltración del crimen organizado en el Poder Judicial.
La oposición ha calificado la elección como una farsa. Figuras como Alejandro Moreno, líder del PRI, han anunciado que no votarán, argumentando que el proceso es un intento de Morena por controlar el Poder Judicial. Exconsejeros del INE como Ciro Murayama y Lorenzo Córdova han llamado a la abstención, denunciando un retroceso democrático. En contraste, Morena defiende la tómbola como un método imparcial para evitar el “dedazo”.
Las protestas no se han hecho esperar. En la Ciudad de México y otros estados, ciudadanos y trabajadores del Poder Judicial han salido a las calles para rechazar la reforma. En Michoacán, una asamblea informativa fue interrumpida por manifestantes que exigían un alto a la violencia, reflejando el descontento social. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación también ha convocado a boicotear la elección.
A pesar de las críticas, el gobierno de Sheinbaum insiste en la legitimidad del proceso. La presidenta ha pedido una participación masiva, pero las encuestas predicen una abstención histórica. La Organización de los Estados Americanos estará presente como observadora, prometiendo un informe imparcial sobre el proceso. Sin embargo, el ambiente de desconfianza persiste.
En Veracruz y Durango, la elección coincide con comicios locales, lo que aumenta la complejidad. En la Ciudad de México, la ley seca estará vigente desde el sábado para garantizar el orden durante la votación. Mientras tanto, el INE trabaja contrarreloj para instalar miles de casillas y capacitar a funcionarios, aunque el recorte de personal podría generar problemas logísticos.
El futuro del Poder Judicial está en juego. Las decisiones tomadas este domingo podrían redefinir el sistema de justicia en México, pero el camino está lleno de obstáculos. La falta de información, las acusaciones de opacidad y las protestas ciudadanas pintan un panorama de incertidumbre para esta elección histórica.

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