Una menor de 17 años, identificada como Mariana Castañeda Hernández, lleva desaparecida desde el 19 de mayo en la alcaldía Tlalpan, Ciudad de México, pero las autoridades de Cuauhtémoc, Chihuahua, están bajo la lupa tras reportarse un caso similar en su territorio. La Fiscalía General del Estado de Chihuahua ha activado una Alerta Amber para localizar a una joven cuya identidad no ha sido revelada, pero la situación pone en evidencia la crisis de inseguridad que azota la región.
La menor fue vista por última vez en Cuauhtémoc, una zona donde los índices de violencia y desapariciones han ido en aumento. Según datos recientes, Chihuahua registra cientos de casos de personas no localizadas, un problema que parece desbordar a las autoridades locales. La familia de la menor ha hecho un llamado desesperado a la ciudadanía para obtener cualquier pista que ayude a encontrarla.
La Alerta Amber, emitida por la Fiscalía, detalla que la joven podría estar en peligro, pero la falta de avances en las investigaciones ha generado indignación entre los habitantes de Cuauhtémoc. Este caso se suma a una serie de desapariciones que han sacudido al estado, donde la violencia ligada al crimen organizado no da tregua.
La inseguridad en Chihuahua es un tema que no puede ignorarse. Reportes locales indican que la región enfrenta un repunte en delitos como secuestros, extorsiones y desapariciones. La incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad de los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables, como menores de edad, es un reflejo de la crisis que atraviesa el estado.
La familia de la menor desaparecida ha compartido su angustia, señalando que cada hora sin noticias aumenta la incertidumbre. La Fiscalía ha proporcionado números de contacto, incluyendo el 911 y líneas directas, para que la ciudadanía aporte información. Sin embargo, la confianza en las instituciones está debilitada, ya que casos similares han quedado sin resolver.
Este nuevo caso en Cuauhtémoc recuerda tragedias recientes, como el de Keiry Nahomi, una adolescente desaparecida en enero de este año en la misma ciudad. Aunque algunas personas han sido localizadas con vida, muchas familias siguen esperando respuestas, atrapadas en un sistema que parece incapaz de responder con eficacia.
La sociedad civil ha comenzado a organizarse, exigiendo acciones concretas para frenar la ola de desapariciones. Colectivos y organizaciones han señalado que la falta de coordinación entre autoridades estatales y federales agrava el problema. Mientras tanto, los habitantes de Cuauhtémoc viven con miedo, sabiendo que nadie está exento de ser la próxima víctima.
La desaparición de esta menor no es un caso aislado, sino parte de una problemática más amplia que afecta a todo el país. En México, se estima que más de 120 mil personas están desaparecidas, y Chihuahua es uno de los estados más golpeados por esta crisis. La pregunta sigue siendo la misma: ¿hasta cuándo las autoridades tomarán medidas efectivas?
El caso de la menor en Cuauhtémoc pone de manifiesto la urgencia de políticas públicas que prioricen la seguridad y la protección de los ciudadanos. Mientras las familias claman por justicia, la incertidumbre y el temor se apoderan de las calles. La esperanza de encontrar a la joven con vida sigue viva, pero el tiempo juega en contra.
La ciudadanía de Cuauhtémoc y de todo Chihuahua merece respuestas y, sobre todo, acciones que garanticen un entorno seguro. La desaparición de una menor es una tragedia que no debería repetirse, pero la realidad muestra que la inseguridad sigue siendo una herida abierta en el estado.

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Menor desaparecida en Cuauhtémoc: la inseguridad sigue sin freno en Chihuahua
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