A solo horas de la histórica elección judicial en México, la incertidumbre reina entre los candidatos. La posibilidad de que un error en el diseño de las boletas permita votos dobles por una misma vacante ha desatado preocupación. Este problema, detectado en el proceso electoral que definirá a más de 2,600 cargos judiciales, pone en riesgo la transparencia de los resultados.
El Instituto Nacional Electoral (INE) enfrenta críticas por el diseño de las boletas, especialmente en la elección de magistraturas de circuito. Algunos candidatos argumentan que la falta de un segundo recuadro para hombres en ciertas especialidades podría generar confusión. Esto, según denuncias, podría permitir que los votantes marquen más de una opción para la misma posición, invalidando votos o distorsionando los resultados.
La polémica surge en un contexto donde la elección judicial ya es cuestionada. Organizaciones civiles y candidatos han señalado irregularidades, desde la opacidad en la selección de aspirantes hasta la supuesta cercanía de algunos con el partido en el poder, Morena. La desconfianza crece ante la posibilidad de que el proceso beneficie a ciertos grupos políticos.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha recibido impugnaciones al respecto. Candidatos como Eduardo Rodrigo Alam Bentata han denunciado que el diseño actual de las boletas no cumple con los principios de paridad de género establecidos en la Constitución. Según ellos, la falta de claridad en las instrucciones podría vulnerar el derecho a una participación equitativa.
El INE, por su parte, defiende el diseño de las boletas, argumentando que cumple con las normativas establecidas. Sin embargo, la presión aumenta para que se revisen los formatos antes de la jornada electoral de este 1 de junio. La autoridad electoral asegura que trabaja para garantizar un proceso transparente, pero las dudas persisten.
La elección judicial, la primera de su tipo en México, ha sido un desafío logístico sin precedentes. Con miles de candidatos y un sistema de votación complejo, el INE enfrenta el reto de informar a una ciudadanía que, según encuestas, muestra poco conocimiento sobre los aspirantes. El desinterés generalizado complica aún más el escenario.
Críticos del proceso, como la consultora Integralia, advierten que la baja participación ciudadana podría facilitar la manipulación de votos. La entrega de “acordeones” con instrucciones de voto por parte de Morena ha levantado sospechas sobre intentos de inducir el sufragio. Esto ha intensificado las acusaciones de que la elección podría estar sesgada a favor del oficialismo.
La presencia de candidatos con presuntos vínculos al crimen organizado también ha generado controversia. Organizaciones como Defensorxs han documentado casos de aspirantes relacionados con el narcotráfico, lo que pone en entredicho la integridad del proceso. La presidenta Claudia Sheinbaum ha pedido investigar estas acusaciones, pero no ha detallado medidas concretas.
A pesar de las críticas, el gobierno federal insiste en que esta elección fortalecerá la democracia. La narrativa oficial destaca que el voto popular para elegir jueces y magistrados es un paso hacia una justicia más cercana al pueblo. Sin embargo, las irregularidades señaladas por candidatos y activistas alimentan el escepticismo.
Con la jornada electoral a la vuelta de la esquina, el futuro del Poder Judicial está en juego. Los errores en el diseño de las boletas y las acusaciones de manipulación política podrían marcar un precedente negativo en esta inédita elección. La ciudadanía, en gran medida desinformada, será clave para definir el rumbo de la justicia en México.

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Horas antes de la elección judicial, candidatos temen votos dobles por fallos en el diseño de boletas
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