México se prepara para un evento sin precedentes este domingo: la primera elección popular de jueces y magistrados. Sin embargo, el proceso está envuelto en controversia, con críticas feroces de la oposición y serias amenazas de boicot que podrían sabotear esta jornada histórica.
La iniciativa, impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, busca que los ciudadanos elijan directamente a los integrantes del Poder Judicial, rompiendo con la tradición de que el Senado designara estos cargos. Aprobada por el Congreso en septiembre de 2024, la reforma ha sido duramente cuestionada por quienes advierten que podría permitir la influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, en la selección de jueces.
La oposición política no se ha quedado de brazos cruzados. Partidos como el PRI y el PAN han calificado el proceso como una farsa y han convocado a una marcha este domingo para manifestar su rechazo. Algunos líderes, como el expresidente Vicente Fox, incluso han llamado a la ciudadanía a no votar, tildando la elección de fraude descarado.
Por si fuera poco, el magisterio mexicano, liderado por la CNTE, amenaza con boicotear las elecciones. Tras más de 15 días de protestas exigiendo mejoras laborales y la derogación de la ley de pensiones de 2007, los maestros han intensificado sus acciones, generando tensión en el ambiente previo a la jornada electoral.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha respondido con dureza, acusando a la CNTE de actuar contra la libertad del pueblo al intentar obstaculizar el proceso. En un tono desafiante, Sheinbaum afirmó que estas acciones se asemejan a las tácticas de la derecha, cuestionando la relación entre las demandas magisteriales y el boicot electoral.
El Instituto Nacional Electoral, encabezado por Guadalupe Taddei, ha expresado preocupación por las campañas que promueven la abstención. Taddei insiste en que la participación es un compromiso democrático y asegura que el proceso contará con un alto grado de confianza, vigilado por observadores nacionales e internacionales, incluyendo una delegación de la OEA.
A pesar de los esfuerzos del INE, las expectativas de participación son desalentadoras. Se estima que solo entre el 13% y el 20% de los casi 100 millones de mexicanos convocados acudirán a las urnas para elegir a 881 cargos judiciales. La complejidad del proceso y la falta de información podrían ser factores clave en esta baja afluencia.
La distribución de los llamados “acordeones”, listas con nombres de candidatos promovidas por Morena, ha desatado aún más críticas. La oposición denuncia que estos materiales buscan inducir el voto a favor del oficialismo, mientras el INE ya investiga posibles irregularidades en su difusión.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha tomado medidas para frenar estas prácticas, prohibiendo la exhibición de acordeones durante la veda electoral. Sin embargo, la desconfianza persiste, y muchos temen que la elección esté marcada por irregularidades.
Este domingo, México enfrenta un momento crucial: una elección que promete democratizar el Poder Judicial, pero que podría quedar empañada por protestas, boicots y una participación ciudadana mínima. La incertidumbre reina en el panorama político nacional.