Horas antes de que abran las casillas para la primera elección judicial en México, la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó un último y desesperado llamado a la ciudadanía para que participe en este proceso histórico. Desde Palacio Nacional, la mandataria insistió en que el voto popular definirá el rumbo del Poder Judicial, un ejercicio que ha desatado críticas y sospechas de manipulación por parte del gobierno.
Sheinbaum aseguró que esta elección, programada para el 1 de junio de 2025, marcará un antes y un después en la justicia mexicana. Según sus palabras, elegir a jueces, magistrados y ministros por voto popular garantizará un sistema más transparente y cercano al pueblo. Sin embargo, la oposición señala que este proceso podría ser una estrategia para consolidar el control de Morena sobre el Poder Judicial.
La presidenta destacó que México se convertirá en un referente mundial al permitir que la ciudadanía elija directamente a los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y otros cargos judiciales. En su mensaje, cuestionó a quienes llaman a boicotear la elección, tildándolos de antidemocráticos. Según Sheinbaum, el pueblo tiene la capacidad de decidir libremente, pero sus críticos argumentan que el proceso está plagado de irregularidades.
El proceso electoral no ha estado exento de controversias. Organizaciones como Justicia Común A.C. han denunciado la difusión de información tendenciosa para favorecer a candidatos presuntamente afines a Morena. Además, la distribución de “acordeones” con listas de candidatos marcados ha generado sospechas de una operación orquestada para manipular el voto.
Sheinbaum defendió la reforma judicial como una respuesta a la corrupción y el nepotismo que, según ella, han caracterizado al Poder Judicial durante décadas. Sin embargo, figuras como Ernesto Zedillo y exconsejeros del INE han advertido que esta elección podría debilitar los contrapesos democráticos y abrir la puerta a influencias externas, incluso del crimen organizado.
La jornada electoral también incluye comicios locales en Veracruz y Durango, donde se elegirán alcaldes, síndicos y regidores. La presidenta confirmó que votará en una casilla cercana a Palacio Nacional, en la calle Moneda, e invitó a los mexicanos a informarse sobre la ubicación de sus casillas, aunque reconoció que habrá menos puntos de votación que en elecciones tradicionales.
Críticos del proceso, como el líder del PRI, Alejandro Moreno, han calificado la elección como una farsa y han anunciado que no participarán. Las encuestas estiman una participación ciudadana baja, entre el 5% y el 20%, lo que refleja el escepticismo de amplios sectores de la población hacia esta reforma impulsada por la Cuarta Transformación.
En medio de la veda electoral, que prohíbe la promoción de candidatos, Sheinbaum aprovechó su última conferencia mañanera para reiterar su mensaje. Aseguró que el voto masivo fortalecerá la democracia, pero las acusaciones de autoritarismo y falta de transparencia persiguen a este proceso que, según la mandataria, busca devolver la justicia al pueblo.
La elección judicial del 1 de junio será un experimento único en el mundo, pero su legitimidad está en entredicho. Mientras Sheinbaum celebra esta reforma como un triunfo de la democracia, sus detractores advierten que el control del Poder Judicial por parte del oficialismo podría tener consecuencias graves para el equilibrio de poderes en México.