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Cliente gana batalla legal contra veterinaria por la muerte de su mascota

En Ciudad Juárez, un caso ha sacudido a la comunidad. Daniel Macías Jáquez, un ciudadano común, logró una victoria legal contra una veterinaria tras la trágica muerte de su perro Turbo. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) falló a su favor, marcando un precedente importante para los dueños de mascotas. Este caso pone en la mira las malas prácticas en algunos servicios veterinarios.
Todo comenzó el 22 de enero, cuando Daniel llevó a Turbo, un perro mestizo de 10 años, a la veterinaria Las Misiones, ubicada en la colonia Horizontes. El animal había ingerido huesos de pollo durante un paseo, lo que le causó molestias. Sin embargo, el veterinario diagnosticó un problema de columna, desestimando cualquier afección estomacal. Este error resultó fatal.
El tratamiento impuesto a Turbo incluyó radiografías y análisis de sangre. Daniel, confiando en el diagnóstico, pagó por estos servicios y aceptó internar a su mascota. Tres días después, recibió la devastadora noticia: Turbo había fallecido en la clínica. La causa, según el dueño, fue una mala práctica que no atendió el verdadero problema de salud del animal.
Indignado, Daniel decidió no quedarse de brazos cruzados. Presentó una denuncia ante la Profeco, bajo el expediente PFC.CDJ.B.3/000448-2025. Su objetivo no era solo buscar justicia para Turbo, sino también sentar un ejemplo. “Que la gente sepa que sí pueden demandarlos, que no están impunes”, expresó con firmeza.
La resolución de la Profeco fue clara: la veterinaria debía devolver el dinero que Daniel gastó en el tratamiento. Este fallo no solo representa una victoria personal, sino un mensaje para otros dueños de mascotas. Las clínicas veterinarias deben rendir cuentas por sus errores, y los consumidores tienen derechos que pueden hacer valer.
El caso de Turbo resalta una problemática recurrente. Muchos dueños de mascotas confían ciegamente en los profesionales, pero no siempre reciben el servicio adecuado. La muerte de un animal por negligencia no solo causa dolor emocional, sino también una sensación de impotencia que Daniel transformó en acción.
Este precedente abre la puerta para que más personas denuncien irregularidades. La Profeco, como institución, demostró ser un aliado para los ciudadanos que buscan justicia en casos similares. Sin embargo, también pone en evidencia la necesidad de mayor regulación en el sector veterinario.
La historia de Daniel y Turbo no devuelve la vida a una mascota querida, pero sí envía un mensaje poderoso. Los dueños de animales tienen el derecho de exigir un servicio profesional y ético. Este caso podría inspirar a otros a alzar la voz ante cualquier injusticia.
La veterinaria Las Misiones, hasta el momento, no ha emitido un comunicado oficial sobre el caso. Sin embargo, la resolución de la Profeco es un recordatorio de que las malas prácticas tienen consecuencias. La comunidad de Ciudad Juárez sigue atenta a este tipo de situaciones.
La pérdida de una mascota es un golpe duro, pero la lucha de Daniel demuestra que la justicia es posible. Su caso es un ejemplo de perseverancia y un llamado a la responsabilidad en el cuidado de los animales.

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