La elección judicial del próximo 1 de junio está a punto de convertirse en un campo de batalla político. Especialistas advierten que los votantes de Morena se movilizarán desde las primeras horas para asegurar votos a favor de los perfiles impulsados por la 4T. Esta estrategia busca dominar las urnas desde el arranque, y podría desanimar a los votantes independientes.
Según Luis Carlos Ugalde, ex presidente del IFE, los electores movilizados por Morena tienen una ventaja estratégica al acudir temprano. Un votante independiente, al ver filas largas, es más probable que desista de participar, dejando el camino libre a los simpatizantes organizados. Esto podría inclinar la balanza en favor de los candidatos alineados con el oficialismo.
El proceso electoral enfrentará retos logísticos significativos. Con solo 84 mil casillas instaladas, la mitad de las que se utilizan en elecciones generales, los centros de votación podrían convertirse en cuellos de botella durante las primeras horas. Esta reducción en la infraestructura electoral podría complicar la participación ciudadana.
Jaime Rivera, consejero del INE, señaló que la movilización temprana es común cuando una parte de la votación responde a estructuras organizadas. Sin embargo, aclaró que esto no necesariamente define el resultado final. La clave estará en la capacidad de los partidos para movilizar a sus bases y en la disposición de los ciudadanos a participar.
Esta elección es histórica, ya que por primera vez los ciudadanos elegirán a 881 cargos judiciales, incluyendo ministros de la Suprema Corte, magistrados del Tribunal Electoral y jueces de distrito. La iniciativa, impulsada por Morena, busca transformar el Poder Judicial, pero ha generado controversia por la posible inexperiencia de algunos candidatos.
Críticos del proceso aseguran que esta elección podría marcar el fin de la carrera judicial para profesionales con décadas de experiencia. En su lugar, advierten, podrían llegar personas con cuestionables antecedentes, incluyendo casos de corrupción o violencia de género. Esto ha encendido las alarmas sobre la calidad de la justicia en México.
Organizaciones como Defensorxs y Projuc han anunciado que vigilarán de cerca la jornada electoral. Su atención estará puesta en prácticas como la operación acordeón y la movilización masiva de votantes, que podrían influir en los resultados. La transparencia del proceso está en entredicho.
El próximo domingo, los mexicanos tendrán en sus manos una decisión que podría redefinir el rumbo del Poder Judicial. La pregunta es si la participación ciudadana será suficiente para contrarrestar las estrategias de movilización masiva. Los ojos estarán puestos en las primeras horas de la jornada.
La elección judicial no solo es una prueba para el sistema democrático, sino también un reflejo de las tensiones políticas actuales. Mientras Morena busca consolidar su influencia, otros sectores llaman a la ciudadanía a involucrarse para evitar un control absoluto del oficialismo en las instituciones judiciales.
El 1 de junio será un día decisivo. Los tempraneros, con su voto, podrían inclinar la balanza en una elección que promete dejar huella en la historia de México.