Taylor Swift ha logrado un hito histórico al recuperar el control total de su catálogo musical, un sueño que parecía inalcanzable tras años de disputas con el productor Scooter Braun. La cantante estadounidense anunció esta victoria con una emotiva carta en su página web, donde expresó su alegría por volver a ser dueña de las canciones que marcaron su carrera.
La batalla comenzó en 2019, cuando Braun, a través de su empresa Ithaca Holdings, adquirió Big Machine Records, el sello que lanzó los primeros seis álbumes de Swift. Esta compra incluyó los másteres de discos icónicos como “Taylor Swift”, “Fearless”, “Speak Now”, “Red”, “1989” y “Reputation”. Swift denunció que nunca se le dio la oportunidad de comprar sus propias grabaciones, lo que desató una controversia que resonó en la industria musical.
Ante la imposibilidad de recuperar los másteres originales, Swift tomó una decisión audaz: regrabar sus álbumes. Así nacieron las versiones “Taylor’s Version”, que no solo le devolvieron el control creativo y económico de su música, sino que también se convirtieron en un fenómeno comercial. Hasta la fecha, ha regrabado “Fearless”, “Red”, “Speak Now” y “1989”, cada uno con un éxito arrollador entre sus fans.
El punto de inflexión llegó cuando Shamrock Capital, que adquirió los másteres de Braun en 2020, contactó a Swift para negociar su venta. La cantante destacó la honestidad y respeto de la firma en las negociaciones, describiéndolas como un proceso que reconoció el valor emocional de su obra. Este acuerdo marca el cierre de un capítulo turbulento en su carrera.
Swift atribuyó gran parte de este logro al apoyo incondicional de sus fans durante su gira “The Eras Tour”, que recaudó más de 2 mil millones de dólares entre 2023 y 2024. El respaldo masivo a las regrabaciones y el éxito de la gira le dieron el impulso económico y emocional para concretar la recompra de su catálogo.
La cantante no ocultó su emoción, confesando que ha llorado de alegría desde que se confirmó el acuerdo. Sus palabras reflejan el peso personal de esta victoria: “Toda la música que he hecho… ahora me pertenece… a mí”. Este mensaje resonó en redes sociales, donde los “swifties” celebraron con entusiasmo el triunfo de su ídolo.
La disputa con Braun no solo fue un conflicto legal, sino también un símbolo de la lucha de los artistas por el control de su obra. Swift se convirtió en un ícono al desafiar las prácticas de la industria musical, inspirando a otros a defender sus derechos creativos. Su estrategia de regrabación ha sido aplaudida como un movimiento innovador y valiente.
Este hito consolida a Taylor Swift no solo como una estrella musical, sino como una figura influyente que ha transformado las reglas del juego en la industria. Con su catálogo nuevamente en sus manos, los fans esperan con ansias los próximos pasos de la artista, incluyendo la posible regrabación de “Reputation” y su álbum debut.