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Sheinbaum en el ojo del huracán: ¿Podrá la CNTE frenar las elecciones judiciales?

La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta un nuevo capítulo de tensión con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que mantiene su pulso con el gobierno federal. Desde el 15 de mayo, los maestros disidentes han instalado un plantón en el Zócalo de la Ciudad de México, exigiendo la derogación de la Ley del ISSSTE de 2007, un aumento salarial del 100% y mejores condiciones laborales. La mandataria, sin embargo, parece mantenerse firme en su postura, confiando en que una nueva propuesta de la Secretaría de Gobernación (Segob) logre desactivar las protestas.
En su conferencia matutina del 30 de mayo, Sheinbaum expresó su esperanza de que la CNTE acepte las propuestas del gobierno y ponga fin a las movilizaciones que han paralizado puntos clave de la capital. Sin embargo, la respuesta de los maestros no ha sido la esperada. Tras una reunión de cinco horas con Segob, los líderes sindicales calificaron las ofertas del gobierno como insuficientes, manteniendo viva la amenaza de intensificar sus acciones.
El conflicto ha escalado con la posibilidad de que la CNTE boicotee las elecciones judiciales programadas para el 1 de junio, un proceso histórico para renovar el Poder Judicial. Sheinbaum ha sido contundente al criticar esta postura, acusando a los maestros de alinearse con sectores conservadores que también buscan frenar la elección. “¿Qué tiene que ver la derogación de la Ley del ISSSTE con el Instituto Nacional Electoral?”, cuestionó la presidenta, señalando que un boicot sería un ataque a la libertad del pueblo mexicano.
Las propuestas del gobierno incluyen un aumento salarial del 10%, la congelación de la edad de jubilación para algunos maestros y una semana adicional de vacaciones. Sin embargo, la CNTE insiste en que estas medidas son meros paliativos que no abordan el corazón de sus demandas: la reversión total de la reforma de 2007, que privatizó las pensiones de los trabajadores públicos. Los maestros argumentan que esta ley, impulsada en el sexenio de Felipe Calderón, dejó sus derechos laborales vulnerados.
La falta de acuerdo ha fracturado al sindicato. Mientras algunos sectores más radicales insisten en boicotear los comicios, otros líderes, como Pedro Hernández de la sección 9, han descartado esta posibilidad, asegurando que no buscan interferir en el proceso electoral. Esta división interna ha debilitado la postura de la CNTE, que ahora consulta a sus bases para definir los próximos pasos.
Las protestas no solo se han limitado a la Ciudad de México. Los bloqueos se han extendido a estados como Oaxaca, donde el paro magisterial ha dejado sin clases a miles de estudiantes. Según el secretario de Educación, Mario Delgado, solo el 9% de las escuelas del país están afectadas, pero en regiones como Oaxaca el impacto es mucho mayor, generando molestias entre padres de familia.
Sheinbaum ha reiterado que el diálogo con la CNTE permanece abierto, pero delega las negociaciones a la Segob y la Secretaría de Educación Pública. La presidenta ha descartado reunirse personalmente con los maestros, argumentando que no habría diferencia con las mesas de trabajo ya establecidas. Esta decisión ha avivado las críticas de la Coordinadora, que acusa al gobierno de ignorar sus demandas y criminalizar su movimiento.
La tensión crece a medida que se acerca la fecha de las elecciones judiciales. Las acciones de la CNTE, como los bloqueos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y las protestas frente al INE, han generado molestias entre la ciudadanía. Sheinbaum ha pedido manifestaciones pacíficas, pero el magisterio no da señales de ceder, manteniendo la presión sobre el gobierno.
El pulso entre la CNTE y la presidenta pone en jaque no solo la estabilidad en la capital, sino también la narrativa de la Cuarta Transformación. Mientras Sheinbaum defiende la reforma judicial como una conquista del pueblo, los maestros disidentes ven en sus protestas una lucha por derechos laborales que, aseguran, fueron prometidos en campaña. La resolución de este conflicto podría definir el rumbo de las elecciones del domingo.
La ciudadanía observa con preocupación cómo este enfrentamiento podría afectar un proceso electoral sin precedentes. Con el Zócalo tomado y las calles bloqueadas, el desenlace de esta disputa sigue siendo incierto, mientras el gobierno y la CNTE se mantienen en un tenso juego de fuerzas.

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