Las fuerzas rusas han capturado 13 localidades ucranianas en la última semana, según informó el Ministerio de Defensa de Rusia. Este avance se produce en un contexto de intensificación de las operaciones militares en las regiones de Sumi y Járkov, en el noreste de Ucrania, donde el Kremlin busca consolidar una zona de seguridad en la frontera.
En la región de Sumi, las tropas rusas tomaron el control de cuatro aldeas: Loknya, Vladímirivka, Bilovody y Konstantínivka. Estas localidades, cercanas a la frontera con Rusia, forman parte de los esfuerzos del ejército ruso por establecer una barrera que, según el presidente Vladimir Putin, protegerá el territorio ruso de incursiones ucranianas.
En la región de Járkov, las fuerzas rusas lograron avances significativos al capturar las localidades de Stroevka y Kondrashivka. Esta última, ubicada a solo cinco kilómetros de Kúpiansk, una ciudad estratégica que cambió de manos en 2022, representa un punto clave en el conflicto. El control de estas áreas refuerza la posición rusa en el noreste ucraniano.
En Donetsk, al este de Ucrania, las tropas rusas también reportaron avances. Las agrupaciones militares Sur, Centro y Vostok tomaron varias localidades, incluyendo Stupochki, Romanivka, Stara Nikolaevka, Gnativka, Shevchenko, Otránoye y Zelene Pile. Estas conquistas consolidan la presencia rusa en una región que ha sido escenario de intensos combates desde el inicio del conflicto.
El Ministerio de Defensa ruso señaló que, además de los avances territoriales, sus fuerzas llevaron a cabo cinco ataques combinados y dos masivos con armas de alta precisión y drones. Estos ataques se dirigieron contra infraestructura militar ucraniana, incluyendo empresas del complejo industrial, aeródromos y centros de inteligencia, en respuesta a los bombardeos ucranianos con drones en territorio ruso.
La creación de una zona de seguridad, anunciada por Putin, responde a la necesidad de proteger regiones rusas como Kursk, que en 2024 fue blanco de una incursión ucraniana. Este movimiento busca evitar nuevos ataques transfronterizos, aunque no se han revelado detalles sobre la extensión o el alcance exacto de esta zona.
El conflicto, que comenzó en febrero de 2022, continúa siendo una guerra de desgaste. Rusia ha intensificado sus operaciones en el este y noreste de Ucrania, mientras las fuerzas ucranianas resisten y buscan recuperar terreno, especialmente en áreas estratégicas como Járkov y Donetsk.
La situación en la frontera sigue siendo volátil, con reportes de bombardeos y enfrentamientos constantes. La comunidad internacional observa con preocupación el escalamiento del conflicto, mientras las negociaciones de paz parecen estar lejos de alcanzar resultados concretos.
La ofensiva rusa en estas regiones no solo busca objetivos militares, sino también consolidar su control sobre territorios anexionados en 2022. Sin embargo, los avances territoriales han generado críticas de organismos internacionales, que advierten sobre el impacto humanitario y las posibles violaciones al derecho internacional.
El panorama en Ucrania permanece incierto, con ambos bandos manteniendo una postura de firmeza. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si Rusia logra consolidar su zona de seguridad o si Ucrania puede revertir los avances enemigos en el campo de batalla.