Una plataforma electrónica con datos detallados de ciudadanos es el arma secreta de Morena para orquestar una movilización masiva de votantes en la próxima elección del Poder Judicial. Este sistema, descrito como un “cerebro digital”, permite al partido organizar el acarreo de personas con un propósito claro: garantizar que los electores voten por candidatos preseleccionados en un “acordeón” diseñado por la cúpula del partido.
La estrategia, que opera desde la Ciudad de México, busca asegurar una participación de al menos 18 a 20 por ciento en las urnas, un objetivo ambicioso frente a los temidos escenarios de baja asistencia. La dirigencia de Morena, encabezada por Luisa María Alcalde, ha recibido instrucciones directas de la presidenta Claudia Sheinbaum para movilizar a millones de personas, sin importar si anulan su voto, con tal de dejar un registro de participación.
El “cerebro digital” no es solo una herramienta tecnológica, sino una base de datos que contiene información detallada de ciudadanos, utilizada para coordinar operativos discretos en todo el país. Gobernadores, legisladores y liderazgos locales de Morena han sido enlistados para asegurar que las urnas se llenen, con la advertencia de que su futuro político está en juego.
En los centros comunitarios Pilares de la Ciudad de México, donde miles de personas asisten a actividades educativas, se ha pedido a los docentes “capacitar” a los usuarios sobre cómo votar, aunque sin mencionar nombres específicos. Sin embargo, se les exige documentar estas acciones con fotos y videos, una práctica que levanta sospechas sobre la transparencia del proceso.
La elección del Poder Judicial, marcada por su complejidad con hasta diez boletas por ciudadano, ha llevado a Morena a simplificar su estrategia. En lugar de promover un “acordeón oficial” con todos los candidatos, algunos grupos del partido están armando listas cortas con nombres afines a la llamada “Cuarta Transformación”, asegurándose de que los votantes elijan a los candidatos predilectos.
De los 63 aspirantes a ministros, al menos 29 tienen vínculos claros con Morena, mientras que solo tres podrían considerarse de oposición. Esto refuerza las críticas de que la elección está diseñada para favorecer a los aliados del partido en el poder, manipulando el proceso bajo la fachada de una democracia participativa.
En los estados, los gobernadores de Morena no solo están movilizando votantes para la elección federal, sino también para las elecciones locales, donde han colocado a personas cercanas en las listas de candidatos a magistrados. Secretarios y directores del gobierno federal también están involucrados, tejiendo una red de influencia que abarca todo el país.
La oposición y algunos analistas han denunciado estas prácticas como un intento descarado de controlar el Poder Judicial. La baja participación esperada, que podría rondar entre el 5 y 6 por ciento de la lista nominal de 99 millones de votantes, ha llevado a Morena a redoblar esfuerzos para evitar un fracaso que ponga en entredicho la legitimidad de la elección.
La movilización incluye tácticas como el uso de recursos públicos y la presión sobre liderazgos locales para garantizar resultados. En algunos casos, se han reportado pagos a operadores para asegurar la asistencia de votantes, una práctica que ha generado indignación en redes sociales y entre organizaciones civiles.
Este esquema, disfrazado de participación ciudadana, pone en evidencia los métodos de Morena para consolidar su poder, utilizando tecnología y recursos para inclinar la balanza en una elección que debería ser un ejercicio de democracia transparente.

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Morena despliega su “cerebro digital” para manipular la elección judicial
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